LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 179
"respondiera á ciertas preguntas que por entonces
«eran de cajón á la cabecera de un enfermo.
Porque aquel que no renegaba públicamente de
los liberales, que no maldecía la Constitución y
que no declaraba que sólo el Santo Oficio defendía.
y sostenía los derechos de la Iglesia, madre amo-
rosa de los fieles, era conceptuado como hereje, se
le negaba la bendición y no era enterrado su ca-
dáver en sagrado; en tanto que la familia no redi-.
mía aquel alma á fuerza de dádivas y de funcio-
nes religiosas, que llenaban de oro los bolsillos,
ya bien repletos, de las gentes de hábito y. so-
tana.
El iba á otra cosa bien distinta.
De lo que cuidó mucho fué de introducir entre
los colchones del lecho los papeles que no quiso
guardar en secreto la esposa del paciente.
Hecho esto, dijo E
—Puede venir el médico: el alma está convale-
ciente... espero que prónto sanará; que la ciencia
vea si puede curar el cuerpo.
El médico esperaba la salida del sacerdote en:
una habitación contieua á la del enfermo, y tan
luego como'el confesor dispuso que pasara, se
presentó. |
Pero aún no había tenido tiempo material para
examinarle detenidamente el pecho y la garganta
y para hacerle algunas preguntas que le sirvieran
de pauta, cuando se presentó la justicia á cria
un registro.