Full text: Tomo 2 (002)

LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES. 245 
ni el rey le mandaba prender, se e aroUld £ decirle 
la verdad. 
En concepto de la camarilla de don Carlos, las 
cosas habían llegado á un punto tal, que se hacía 
imposible que Fernando resistiera á su empuje. 
Y natural era que pensaran de aquel modo, toda 
vez que ya tenían batallones organizados, y con- 
taban con algunas tropas, y tenían promesas de 
importantes jefes militares. | 
Y como si esto fuera poco, contaban también con 
auxiliares en Portugal y en Francia. 
Imposible parecía que hubiera podido engañar 
tanto tiempo 3 Fernando. a 
A aquel hombre tan desconfiado y tan amigo' de 
dar disgustos, al par que tan ladino. ; 
Pocos momentos después de haber salido Calo- 
marde de la estancia real, se presentaba el minis- 
tro de la Guerra. AE ae 
La conferencia que ambos tuvieron fué pes re: 
servada, que en vano trataron algunos de ente- 
rarse... de saber al menos el punto principal en 
que se había basado la conversación. | 
Sólo pudieron oir que, al despedirse el ministro, 
le dijo el rey: | 
—Quedamos en que dentro de dos horas. | 
—Quizás antes, señor —respondió el aludido. | 
Y partió. | | > 
Antes de salir de palacio se le presentó. Colomar- a 
de, y le preguntó: ; ] | 
-—¿Qué es lo que quiere el rey? 
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.