313 LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES
Mal sentó á González Moreno el aplazamiento,
pero, ¿qué podía hacer?
Fingió que en efecto le perseguían, y de acner-
do con Fernando pasó á Gibraltar como emigrado.
Allí estuvo más de un mes, al cabo del cual tor-
nó á España, «logrando que le rehabilitaran, pues
había “resultado inocente», y ocupaudo de nuevo
el puesto militar que antes tenía en la provincia
de Málaga.
Como todo esto lo supo Mina, cayó también en
la celada de González Moreno,
»
E
cer algo, si bien por punto distinto.
y se dispuso á ha-
“ul
Al efecto escribió á Torrijos explicándole su
pensamiento, y rogándole que no diera paso al-
guno, hasta saber que Valdés y él habían entrado
en España por Vera.
Pero las cosas no se hacen tan pronto como se
piensan, y el tiempo pasó y tuvieron lugar las
cuartas nupcias de Fernando con doña María Cris-
tina de Borbón, la napolitana,
La infanta doña Francisca, que parecía una
loca desde que se concertó la boda, llegó al paro-
xismo cuando supo que la reina estaba en estado
interesante.
Tal fué su rabia, quesin mirar á lo que se ex-
- ponía, exclamó:
—i¡Ya sabía yo que casándose el rey con la na-
politana, de seguro tendría sucesión directa ó in-
directa!