LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 33
espalda á los constitucionales, y Mina tuvo que
abandonar los campos de batalla como consecuen-
cia del mal estado de su salud, originado por las
heridas y por un terrible golpe que recibió al caer
del caballo que montaba, al desplomarse éste muer-
to por una bala que le partió el corazón.
Postrado en cama, mal podía dirigir las Opera-
ciones; agobiado por la fiebre, imposibilitado se
encontraba para dictar órdenes.
Esto era abrumador, pero aún vino á empeorar
el estado de las cosas, la noticia de que el. general
Manso había proclamado al rey absoluto, acto que
disminuía las fuerzas liberales, harto mermadas
ya, en algunos miles de hombres. .
Y Lérida sucumbió al absolutismo.
Y luego Seo de Urgel. A
El valiente Mina estaba en Barcelona.
Allí se vió acosado, sin mediós de defensa, oyen-
do el clamoreo de los que esperaban ser víctimas
del enemigo... |
Y tuvo que capitular.
Pero como le eran bien conocidos los medios de
- que se valían los absolutistas, no cedió hasta tener
las cosas bien dispuestas. a
Por medio de Julio logró entablar las nego di
ciones, y á fuerza de habilidades diplomáticas, ep-
tretener los días hasta saber que había en el puer-
to un barco de la marina de' guerra, que, por su
nacionalidad francesa, ofrecía seguridades á los
emigrantes. |
TOMO TI,