LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 39
En cuanto á Valdés, se sostuvo bizarramente cer-
ca de un mes en Tarifa...
Pero habiendo llegado un tren de batir, y te-
niendo brecha abierta en las murallas, no quiso,
porque no podía, esperar el asalto, y logró reem-
barcarse con algunos de sus soldados.
Treinta le cogieron prisioneros.
¡Treinta que al día siguiente eran pasados por
las armas!
Fernando fué quizás el que más se alarmó de to-
dos, por lo cual tornó, aunque indirectamente, al
sistema de rigor y crueldad que tanto le agra-
daba.
De este modo iba aumentando el número de los
mártires cuyos nombres se ignoran, y se disponía
el de uno bien conocido en España y en el extran- >
jero.
La víctima señalada era el célebre guerrillero
J uan Martín el Empecinado.
Los absolutistas no le podían ver, porque era
acérrimo liberal, y jamás consintió en renegar de
sus ideas. )
No había tomado parte en ninguna revuelta des:
de que Fernando entró en España: estaba alejado
de la política. :
Durante la reacción, permanecía. quieto en su
pueblo.
- El año 20, felicitó á los Vencodnrn..: pero no
persiguió á nadie. .
Estaba, pues, comprendido en la amnistía y le-
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