482 LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES
gentes sin conciencia. Confiad en mí: es cuanto
puedo deciros.
Las últimas palabras de Espartero significaban |
que ponía término á la conversación, y aunque no
muy satisfecho, Lagares se retiró, dando gracias
al general. |
Este había hablado con el corazón en la mano.
Antes de su entrevista con Lagares, había teni:
- do otra con Cristina, y, como consecuencia, habló
del modo que le hemos oído.
Cuando relató en su casa lo sucedido, dijo don
Antonio:
“Pues todo es cuestión de tiempo; el general
Espartero es hombre que cumple cuanto ofrece.
Y aquellas esperanzas é ¡ilusiones perdidas, vol-
vieron á renacer en los corazones afligidos.
Algunos días después, Espartero partió para el
Norte.
El ejército carlista tenía por jefe, desde la de
rrota de Eguía y de Villarreal, al infante don Ser
bastián, hombre de poco ó de ningún prestigio en
el ejército.
Pero, ¿de quién echar Hiátiad:
Entre los c'enerales carlistas, el que más sobre-
salía era Maroto. |
Pero «no era santo de la devoción de la dor
porque, nacido para mandar, le gustaba poco obe-
_decer, sobre todo cuando los Ci le mandobal gis