LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES - 495
mo de manos del padre cura que logró calmar la
conciencia de Clotilde,
Cuando llegaron á Madrid, se hallaron con una
novedad.
La de que Clotilde había rechazado el niño de
la mujer desconocida, y en cambio se entregaba
con alma y vida á la hija de Teresa.
Aquel cambio, tal aberración, constituía un nue:
vo martirio AE ra la viuda del denodado Julio.
Porque no sólo se hallaba privada de hacer ca-
ricias á su ne a delante de Clotilde, sino que la en-
cadenaba 4 Madrid, punto del cual deseaba ale-
jarse. |
Como madre, no podía cumplir lo que había
prometido, que era retirarse á un convento si tor-
naba 4 enviudar. :
Esto podía pensarlo cuando no € oxistía su hija, y
se miraba perseguida del joven marino inglés.
Pero habían cambiado log tiempos; las circuns-
tancias eran otras bien distintas, y los procedi-
mientos habían de sufrir las tra nsformaciones na-
turales.
Bien prouto pudo congratularse de aquella for-
-zosa residencia en Madrid.
Pues Lagares, que no cesaba de trabajar en
favor de sus buenos amigos, despu ués de un largo
expedienteo, logró que Teresa tornara á la a se-
sión de sus bienes, aunque perdiendo las rentas
deveiigadas y sufriendo otros perjuicios
«Que la Hacienda es menor de eh, según las