LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 501
supeditarse un ejército aguerrido como el car-
lista, |
Y la empresa fracasó, si bien dejando esparcida
una semilla que minaba el pretendido trono de
don Carlos.
En cambio, lograba el funesto Cabrera sus más
dorados ensueños.
Por traición, pues de otra manera no había po-
sibilidad de ello, se apoderó de Morella.
Ya podía titularse «rey del Maestrazgo de Mon-
tesa». :
Ya dominaba en absoluto.
Ya podía aspirar el hijo del pescador, el estu-
diante de teología, á un título de Castilla,
Podía aspirar; pero «la humildad de su cuna»
era un defecto á los ojos de los consejeros de don
Carlos.
Contra tal «defecto» estaba haciendo presión el
miedo que le tenían.
Después de la pérdida de Morella vino la de
Benicarló, donde cuantos esfuerzos hicieron sus he-
roicos defensores resultaron inútiles,
Acto seguido atacó 4 Gandesa; pero le alejó
don oNon San Miguel, si bien tuvo que abando-
har la plaza, porque era tan malo su estado, que
no merecía su defensa verter sangre y gastar
dinero. | | |
. En vista de esto, Cabrera, que se vió burlado,
acometió á los que se retiraban...
Pero sufrió una lección muy dura.