Full text: Tomo 2 (002)

LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES E 
Un momento después, los dos estaban juntos en 
un cuarto del parador del Sol, y hablaban de esta 
Manera: 
—¿Vos pidiendo limosna? 
—¡Hijo mío!... Cuando los años y las enferme - 
dades imposibilitan al hombre para ganarse el 
pan, el que acepta resignado los castigos que en- 
vía Dios, en vez de apelar al suicidio, reza y tien- 
de la mano. 
—Pero yos érais rico. 
—$í, lo era; pero mis bienes fueron confiscados 
y vendidos... Cuando quise recordar, Mina había 
muerto; ignoraba dónde estaba tu padre. 
—Pero el conde de Luchana... 
—No pude llegar hasta él. La terrible enferme- 
dad que me tuvo á las puertas de la muerte, y que 
- hoy me impide hasta andar, fué causa de que me 
- tomaran por un vagabundo, y me deportasen á . 
Andalucía, Varias veces he escrito al conde de . 
Luchana... pero ninguna vez he logrado respuesta. 
—Ahora la conseguiréis. 
—¿Para qué? La vida se me escapa. 
—Os equivocáis. Dios ha querido que os encuen-. 
tre, y no ha de ser.en vano. Dentro de breve rato 
partiremos para Sevilla, donde ereo que encontra- 
remos á mi padre... vos vendréis con nosotros, 
—¡Ponerme en camino!... ¡Imposible! 
—¿Por qué? doc 
o Seguramente me osirla antes de tran seurrir 
cuatro horas. 
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.