526 LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES
Temió que venciora, y que arrojado Cabrera de
aia a airado contra el Gobierno,
haciendo caer Da la reina niña en manos de los car»
creer esto?
s tenía,
Narváez, auxiliado por Córdova, intentó entrar
en Madrid sublevado, después de la pérdida de Mo-
rella; pero el conde de Luchana pidió el castigo de
ambos; el Grobierno lo acordó, y Córdova y Nar-
váez emigraron.
Lo que HEÑOR intentado una vez, bien podían
intentarlo la segunda, sobre todo sise les daban
ga lentos para pe |
Espartero quiso asumir qe 1 s responsabi:
lidades , y en ta lia pedía de nuevo la
intervención f ¡bía el célebre jamás de
M. Molé, el ciao del Norte la emprendía con
Cabrera. |
Indudablemente, la fortuna estaba de parte de
Espartero, pues dea le que entró en Aragón, cami-
nó de victoria en victoria.
Comprendió Cabrera que había llegado la. hora
de jugar el codo por el caña, y preparó y dispuso
la acción de Peracamps.
Su enemigo aceptó el duelo tal y como se lo
presentaban, y logró un triunfo completo.
Algunos días después, Espartero ponía sitio á
- Morella,
La ira ahogaba á Cabrera al verse acorralado