532 LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES
Aún no habían llegado á Sevilla Alfonso y Clo+*
tilde con la pequeña Julia, cuando Saltaron en
tierra Teresa y Lagares, en la ya dicha isla de
León. j
Allí, como en otras partes, no faltó quien salie-
ra á recibirles, y quien les dijera:
—Este caballero que os acompaña es preciso
que no figure por el momento en las determinacio
nes que se han de adoptar. Las autoridades de laa
isla tienen instrucciones, que han de .camplirse al
pie de la letra. |
-—¿Puedo saber cuáles son esas instri ucciones? —
preguntó Teresa,
—Indudablemente; pero no de mis 1
en verdad o0s en. que las ignoro
soluto.
—SÍ, pero ese «casi». (
-—Og diré lo que ha llegado hasta mis noticias,
pues no se me encargó el secreto. !
-—Os escucho, :
Sé, como ya os he dicho, que este caballero
no saña figurar en nada, hasta que estén fuera de
la isla las personas encargadas del cuidado del
principe don Fernando...
—Y... dispensad que os interrumpa con una
pregunta. |
-——Podéis hacerla.
—¿Cuándo saldrán esas ico?
—Quizás antes de veinticuatro horas.
- —Está bien: proseguid.