616 LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES
ser responsable la comunidad de los fieles de nada
de esto ni de otras cosas parecidas?
Indudablemente, no.
Los hombres han interpr mundanamente
aquello que, siendo divino, a 3 od transfor-
mar, y de aquí los males que deploramos y que
siempre habrá que deplorar.
El mal comenzó en el reinado de Constantino el
Grande: de aquel hijo de Santa Elena, á quien la
Iglesia Católica le ha-negado la canonización, y al
cual se la concedió la Iglesia griega. )
Constantino fué el bs que otorgó á los Pon-
tífices sucesores de Pedro ciertos y determinados
privilegios... algunos derechos 8 mundanos,
Bien pronto pudo arrepentirse... decimos mal:
<deplorar su largueza y su liada
Que no obstante ser un santo el hombre que ocu-
paba la barca del pescador, obligado se vió á esco-
ger entre quiterle los privilegios 6 abandonar él
á Roma, |
Y optó por esto último, determinando fundar á
Constantinopla y fijar allí su residencia,
Que sólo Cristo, siendo Dios, pudo ser hombre
| perfecto. | :
Ni antes ni después hubo ninguno que lograra
| hermanar lo humano con lo divino.
Pero para nuestro objeto basta con saber que
Pitt había logrado cuanto deseaba.
El cómo, carece de importancia para nosotros,
al menos en Le instantes presentes.