LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 699
había elevado por su talento tanto y tanto, que
constituía la pesadilla de Narváez. |
Dentro del partido moderado era el hombre que
le hacía sombra, pues el pueblo insistía en pedir
un hombre civil para el Gobierno.
Y como en España hasta lo más serio suele
echarse á broma, no faltaba quien dijera:
—No hay hombre más civil que Narváez, toda
vez que ha creado... la Guardia civil...
—Pero eso no obstante—le respondieron—él se
quedó incivi!, |
- Uno de los dos interlocutores, era un militar que
disfrutaba de alta graduación, y que disponía de
muchos amigos. )
- Hombre probado en los campos de batalla, de
energía y de resolución, aspiraba al poder, pero
sabía ocultarlo de tal modo, que ni aun sus Íntimos
se lo conocían. |
Se llamaba don Leopoldo O'Donnell.
Entre los militares, que eran sus verdaderos
amigos, estaba don Domingo Dulce.
Este quizás sabía algo.
Tal vez era el que le sujetaba un tanto, pues
hombre de maduro examen, sabía «que á palos no
se maduran las uvas».
O'Donnell escuchaba los consejos de Dulce, y
debido á esto se daba por contento con hacer epi-
gramas contra Narváez.
El conde de San Luis ocupó el poder bien á dis-
gusto de don Ramón,