760 LOS MÁRTIRES ESPAÑOLE£S
Transigía con los moderados, en tantó que otra
cosa no fuera posible; que aquellos hombres le pas -
recían tan irreligiosos como los mismos progre-
sistas.
Confiaban en el ejército, y éste estaba mi-
nado.
El predominio de los jefes procedentes del cam-
po carlista, producía quejas y disgustos fundados,
porque «los vencidos se llevaban el lauro del yen-
cedor». |
En cuanto á las tropas, fácil era ganarse su vo-
luntad, sólo con ofrecerles la licencia absoluta el
día del triunfo. A |
Y con respecto á las clases, ó sean cabos y sar-
- gentos, nada de mejores resultados que ofrecerles
ASCENSOS.
Quedaba, pues, la guardia civil, elemento del
cual, por su organización especial, nada temía el
Gobierno. |
Alejada de los centros de población, repartida
por los campos ¿quién había de pensar en aquel
instituto como fuerza revolucionaria? ] |
En cuanto al pueblo, según el Gobierno, bastan-
te hacía con pagar y callar.
Sobre su cabeza estaba la espada de Damocles,
y tan luego como intentara moverse, sería acuchi- :
lado. a
¿Cómo no dormir tranquilo pensando de esta'
manera? )
La prensa, 'lemento de tanta valía y de tanta y