LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 779
tección. Carlomagno aceptó, y dispuso des SE |
el ataque.
——Proseguid, sor Patrocinio: ¡estoy entusiasma-
do oyéndoos!
- —A estos tratos y contratos se opuso Deriidado
del Carpio, mozo aún, pero apuesto y decidido
como pocos. Don Alfonso mudó de consejos, y
reuniendo las huestes de su sobrino á las suyas,
salió á cerrar el paso á Carlomagno. La empresa
era osada. Pero el éxito coronó los esfuerzos de
Bernardo, pues el postas Carlomagno quedó
vencido.
—i¡Ah!...
—Bernardo pidió entonces la libertad de su pa-
dre, pues le juzgaba harto castigado, y poco peli-
groso dejar suelto á un ciego. Pero se le negó la
gracia que solicitaba. Entonces se levantó en ar-
mas apoderándose de Saldaña, desde donde hacía
correrías sin hallar seria resistencia, pues viejo y
cansado don Alfonso, no salía de Oviedo, donde
pronto debía morir. Pensando en esto, nombró su
heredero á don Ramiro, hijo del rey don Bermudo
el Diácono. |
—¿Pero no tenía hijos legtsitós ni bastardos?
—La historia le llama el Casto, porque, aunque
casado, guardó siempre castidad.
—¡Ya!
—Los hombres de este siglo no comprendois |
esas Cosas. E
—Su mujer pudo pedir...