71892 LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES
perfectos... A más, hay que fijarse en las épocas
de los sucesos para juzgar: lo que antes era bue-
no, hoy le llamamos hasta «cruel y bárbaro»; qui-
zás mañana digan de nosotros lo mismo que hoy la
generación presente de ellos. Si ahora se condena.-
se á un hombre á que le saceran los ojos ó le pa-
sasen la lengua con un hierro candente, ¿qué se di-
ría? Pues entonces tales determinaciones no causa-
ban mella alguna.
—Teneis razón.
—Bernardo huyó de España, yendo á llorar su
infortunio y lo mal que le habían pagado sus ser-
vicios peleando por la Gascuña y la Francia. Lu-
chando murió, porque luchando había vivido, y su
nombre es hoy del dominio de la historia.
—Pero, ¿y don Alfonso?
- Don Alfonso IL, como su antecesor ride mismo
ut tuvo poco tino para arreglar los asuntos
domésticos; y en tanto que ganaba batallas cam=-
pales, perdía terreno en su propia familia. Sas
hermanos don Fruela, don Nuño, don Bermudo y
don Odoario se levantaron contra él; pero les
venció, les encerró. y dispuso que les sacaran los
ojos. Don Bermudo logró escapar, é hizo la gue-
rra al rey; pero tuvo. que retirarse á tierra de mo-
ros, donde fué- bien recibido y donde murió.
— Pues. no comprendo por «qué le: llamaban el
Magno, |
—Ya lo sabréis: tened en cuenta'que, como he
dicho, en.aquellos días importaba menos sacar” los