Full text: Tomo 2 (002)

912 - LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 
“fuera de España, y, por lo tanto, tuvo que resig- 
narse con el fracaso. 
Pero, en cambio, el rey consorte estaba cada vez 
más aferrado á su idea, y no había desengaño que 
le hiciera desistir. 
Y fué en busca de la monja. 
Ésta, que sabía lo expuesto que era decirle la 
verdad para que desistiese, le aconsejó de este 
modo: 
—Las frutas no nacen maduras: el tiempo se en- 
carga de que lleguen á sazón... Esto mismo suce- 
de á todo lo humano, y de aquí que aquello que 
un momento parece hasta absurdo, en otro se con- 
vierta en lo más natural. 
— SÍ; pero... 
—Aún faltan algunos días para que sedis padre; 
durante este tiempo os conviene guardar silencio... 
Y tan luego como conozcamos el resultado del par- 
to, haremos cuanto sea posible, que es mucho, pa» ) 
ra llegar al legítimo término de vuestros deseos. 
—S8i vos lo mandáis... | 
— Yo no mando; aconsejo. 
Don Francisco salió de las Salesas mal impre- 
sionado. 
Quizás dudaba de la lealtad y del afecto de la 
monja. 
Pero esto no se atrevió á decírselo á persona al- 
guna, como no fuera á su Íntimo amigo Anna 
| en el cual no tenía pocrekos: 
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.