CAPIECCO 11
La paz del matrimonio.
Persuadido Alfonso de que nada había que temer
con respecto á la reina, pensó en tornar á Portugal,
donde sin duda alguna tendría que sufrir mucho
por causa de aquel afecto que, sin llegar á pasión,
le inducía hacia Teresa.
Esta, por su parte, se encontraba en situación
muy parecida á la de Alfonso.
En realidad, no sentía amor por el hijo de Laga-
res, pero sí un cariño que le dominaba y que pro-.
cedía sin duda alguna de la gratitud que sentía
tanto hacia el hijo como hacia el padre. |
Pero que en aquél hubo de tener más expansión,
por lo mismo que hubo de pasar lar gss cion á
Bu lado. ]
Nada más expuesto que la permanencia de un
hombre y una mujer, durante las largas noches del