LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES "3
invierno, en una misma habitación, aun cuando
ambos tengan alguna edad y estén al cuidado de
un enfermo.
Porque cuando el día se halla cercano, el sueño
nos domina, la sangre circula con menos rapidez,
la languidez se apodera de nosotros, y el sistema
nervioso llega á ser nuestro señor.
Y los nervios son cuerdas que van subiendo
de tono según es la lucha que entablamos con ellos
mismos.
En tal estado, las debilidades más propias del
hombre se presentan con arrogante imperio y nos
avasallan. |
Esta es la situación en que se encontraron mu-
chas veces Teresa y Alfonso. E
- Pero como ambos eran personas de recto juicio
y de probada experiencia, si bien ambos hubieron
de pensar en constituir familia, en cambio supieron
detenerse á tiempo.
¡Cuán cierto es que el corazón no envejece jamás!
¡Cuán exacto que las leyes de la Naturaleza no
nos abandonan ni aun después de la muerte!
¡Pero cuán verdadero es también que la educa-
ción modifica al sér humano! | |
La lucha entablada no podía traer consecuen-
cias, máxime mientras ambos estuvieran en la fir-
me persuasión de que Mariano y Julita se amaban.
Aquellos dos niños, aquellos dos ángeles en la
tierra, podían y debían asumir todos sus cuidados
y todas sus atenciones. . E