LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 975
Mirada la cosa bajo tal punto de vista, en vez
de sacrilega, nos parece altamente justa y moral.
Todo estaba dispuesto al amanecer del día 2 de
Febrero de 1852, pues ni faltaba palaciego que no
hubiese dispuesto sus más preciadas joyas, ni al
templo de Atocha faltaba tampoco requisito.algu-
no, ni en los cuarteles había soldado que durmie-
raz, ni la reina sosegaba un instante, aguardando
el momento para ella tan feliz, ni Merino cesaba
de hacer experimentos para asegurarse del empu-
je de su brazo y del temple del puñal.
A medía noche había llegado á su casa del ca-
llejón del Infierno, hoy Arco del Triunfo, como si
acabara de salir momentos antes. |
La eriada le recibió demostrando con su actitud
y sus palabras la satisfacción que experimentaba
al ver que á su amo no le había ecntrido cosa de.
particular durante la, apenas
—¿Qué me había de haber . pasado? preguntó
Merino á la puerco Ba por ventura algún chi-
- quilio? Voy á cumplir setenta y tres años,.. quizás
| no los cumpla, quizás llegue á los oc 'henta.. . Cuan- :
do joven debí morir muchas veces, pero sin duda
estaba designado para cosas grandes...
Se despojó del sombrero, cambió la lev ita por
un ¿haquetón, de abrigo, y AnnUós prosiguió di- |
ciendo: a | ! |
3806: ha y que comer? Tongo debilid lad; ás es-