| Amb, dE
EL PAN.DELOS POBRES.
ejó por el amor'el hogar doméstico,
- Cónde se respiraba la pureza y la virtud.
Ya me ves; mis lágrimas te demuestran
_*l arrepentimiento que se aposenta en
Mi alma. Intercede con el que te perdonó,
2 Quien « compañaste hasta el calvario,
Ara que mi madre me abra los brazos,
bara que mi pobre hermano me perdone,
Y corriendo un velo sobre el pasado, -lo”-
vide todo. Sí, piadosa Magdalena, si yo
10 merezco que seas intercesora de mis
lpas, hazlo por mis pobres hijos, que
Mocentes son de Mi delito y de:la perfidia
£ aquel que les dió el ser.
na se inclinó hasta tocar con la fren-
6 el suelo, permaneciendo en tan hu-
Milde actitud mucho tiempo, exhalando
Tofundos y dolorosos lamentos.
.Por fin se levantó, y enjugando sus
/19s, desfallecida de emoción, llegó, aga. -
Yrándose a los muebles, hasta la butaca.
' sentó en ella; tenía la mesa al lado, : ed
' - son las que, como ella, viven en la des-
y Sobre la mesa la lámpara.
Durante algun
la lumbre del bras les le
Un pensamiento profundo a
da. Más que un ser qu :
semejaba a una estatu
_ Por fin exhaló “un
5us ojos a dirigir una
la hermana:
oduci
baja:
os minutos sus ojos per-
anecieron fijos con dolorosa expresión :
? o: SUMEN
se puso a leer una, y luego otra y otra,
Los Ojos de Ana se leniton dé lágri:
Mas as
De vez en
cuando murmuraba' en voz.
—He aquí mi pasado: sueños de amor,
hermosas esperanzas que se desvanecie»'
ron con las ilusiones de lá juventud...
¡Ah! Parece increíble que todo lo que está
- escrito en estas hojas de papel sea una
mentira que dió por resultado mi perdi-
Ción, mis eternas lágrimas,
Ana guardó las cartas y el medallón
en la cartera, y ésta en el seno, Y apo:
yando los codos en el borde de la mesa
y la frente en las palmas de las manos,
. dejó correr por sus ojos "un mar de'Tás
A ea do pr
¡Pobre mujer! Un mundo de ideas gl-
raba en su cerebro al entregarse a esa
vida de los recuerdos a que tan dadas:
Ae
Porque