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RITOS
CAPITULO V
DONDE CRECEN LOS TEMORES DEL MAYORDOMO
— Tomás! —dijo el Marqués de Bonato
Cuerpo.
e eso de las diez de la' mañana, hora en
que despertó.
El ayuda de cámara entró en Ya. bli
ba, no sin Hacer antes la señal dela
cruz sobre $u frente, drag a manera que
£u amo iba recuperando | as fuerzas, iba
eniendo más próxima la explosión de
u genio.
—Buenos días, “querido viejo—añadió h
Roberto mirando al mayordomo de pie
uúñto a su camá—* “Supongo que estarás .
Contento ee: convalecer. .
Mente.
, —¡ Ya lo creo! Señor a AN he pa
sado muy malos ratos mientras la. dead
de usted se hallaba en peligro. ae
¿—Ng
iento bastante. bien, ni siquiera me que-
e la cabeza; y ya que el médico me pet- Yi
ra apida- e
- mitjerais a esa mujer en casa?
Tomás levantó la cabeza. Aquella pre
ps cabez: dd
espero yo menos de. ti. Hoy. me: creo que usted. me hará: la
Tomás sintió escalofríos 43 todo e
—En primer lor necesito saber al
el conde. de Sin: Pablo vet el «que la tra-.
jo a mi casa.
—Si, señor, el cónta IP EIA
Tomás bajando los ojos al suelo, pues 10
se atrevía a mentir, como lo había hecho
el día anterior.
Eso es lógico; si me lo húbierás ne-
gado, no te: hubiera creído. Continúo,
pues, mis preguntas. ¿Cuánto dinero 03
dió el conde de San Pablo para que ad-
gunta alrentaba las: ide canas. de
lead
de cretr e: no me vendo- por
hite que comience a tomar algún ali-
ento, ia des, pronto podré dejar la y il
ma.
leunos días.
Bien, no: cuestiono;. pero. me “siento
auy mejorado, Siéntate y hablemos.
=—No debi e serle. muy ind al se-
Querido: “Tomás, si no
o ociera ta Po creería de te desagrada
Joy a hacerte varias pr
, a la enfermer e tan
Lo que es eso, aun creo que MI
Reitos que tiene ti
sido ae servidor
en caso.
si como de
que a a amos. ha
); pero el doctor, ¿Sung E