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FOLLETIN D£ EL MERCANTIL VALENCIANO
—¡Qué! ¿Te dan alguna cita, calavera?
—preguntó el barón “saboreando el café.
Esta pregunta hizo que el marqués re-
cobrara todo el imperio que tenía sobre
sí mismo,
—No; esto es una devolución que me
hace una de mis antiguas queridas.
Y Roberto arrojó al fuego la carta que
acababa de leer, y el pa debes la.
: acompañaba,
Luego cogió un cigarro y q 'encen-
dió, demostrando la indiferencia que le
merecía el auto de fe que hacía. con: las
cartas de Ana,
-—¡Pobres mujeres! exclamó en son de
burla el barón. '
—Sí, dice usted bien, Fernando, ¡po-
bres mujeres!—repitió el coronel—; pero
bebamos a la salud de ellas, que tantos
días de felicidad nos proporcionan, :
—Bebamos a,la salud de la autora de
esa carta—dijo Roberto.
Los tres ecc apuraron
pas.
—Pido' que nos cuentes la historia de
esos amores que, según creo, terminan
al. calor de la lama de la chimenea—
añadió Fernaudo.
-—Dices bien: es un amor que se ha con.:
vertido én cenizas... pero no quiero re-
moverlas. Dispensadme.
las co-,