CAPITULO VIII 
EL TESTAMENTO 
Mientras Ruperto: buscaba al marqués 
de Nestal, Carlos invitó a los padrino3 
de Bonato con extremada finura a que 
Imorzaran con él, 
Después de algunas ligeras 
Ceptaron, dirigiéndose - “amistosamente 
08 tres al comedor. - 
Luis llegó “cuando se hallaban toman- - 
Jo café y fumando; le acompañaba Anto- 
hio Gutiérrez. 
Viendo que reinaba tan buen humor, 
Dues oyó carcajadas desde la pieza in- 
Mediata, dijo: 
Esto me indica que todo ha tenido 
Un feliz desenlace. 
—Nada eso, querido Luis — contestó 
Carlos saludando 2 Antonio—. Podéi3 
Sentaros y tomar café. No porque tenga 
Mañana que batirme con un hombre, he 
dé poner hoy mala cara y perder el 
petito.. 
—¿Luego el duelo?.. .—preguntó LUTO... 
—Está en pie todavía, y voy a dejaros 
On estos señores para que arregléis las 
Ondiciones, Os espero en mi despacho, : 
Y diciendo esto, saludó cariñosa y ale- ' 
émente con la mano, saliendo del co- 
dor, 
Carlos, al llegar a su despacho, llamó 
venerable anciano se presentó in-. 
lediatamente. 
Señor. don Sartiago—4 dijo Carlos. 
A una gravedad: que sobresaltó al pre- 
excusas 
marcadas muestras de inquietas, Carlos 
continuó: 
—Regularmente me batiré mañana. 
Santiago, a pesar. de sus setenta años, 
dió un salto hacia la puerta. 
—¡Batirse! —exclamó—. ¡Matarse fría-. 
mente como los estúpidos europeos en un 
duelo! ¡Oh! ¡Eso es imposible! ¿Para us, 
están los tribunales? 
Carlos se encogió de hombros, manifes- 
tándole que en parte se hallaba confor- 
me con: sus exclamacio! 
mp es | rbciso! seguir la, 
x6 cesito a esta. noche 
'ar' algo, yo. le pe que sd 
n as graves consecuencias de ) 
tingo que 
—Hay ho: 
; hrs con ee 
Se —: desde edad de doce años co ; 
o secretos para usted. 
—Lo cual me honra extremadamente. 
O, ¿no es verdad? en 
¡Señor conde . 14% 
Pues bien: me hallo en un caso «gras 0 
Y deseo tener esta misma noche arre- 
la Os todos mis asuntos. 
9 ¿Dej ré yo d 
60 el peli ro me poz A ia 
sted, a quien bien puedo llamar mi pra : 
e intelectual, me resi como, a un 
no. entienden por Or 
los 'que se. baten—exclamó Santiago—. 
ser tan honrado porque , 
gue a ! EROpOS, e hombre: ae: me. a 
desd la señor Ji iménez le .. EN 1