EL PAN DE
LOS POBRES
E
titua, un canto: de su alma de artista.
Romea, en «aquel momento, hubiera
querido abrirse el pecho y enseñar su
Corazón agradecido al público.
Así lo comprendieron los que le aplau.
dían, y los bravos, las aclamaciones, lle.
garon a un punto increíble.
Nosotros temimos. que el célebre actor,
úyo estado de salud era aun bastante:
delicado, no. pudiera representar aquella
Oche; pero la alegría embriagadora que:
Produce la gloria no mata, pues no mu-
As afortunadamente Julián aquella 1 no-
Che.
» El público fué. tranquilizándose; yy Co-:
Mmenzó la eri race qe El eras
de mundo».
Al terminarse el primer Acha. Antonio:
utiérrez, que desde las butacas había
ambiado. alguna que otra mirada con: *
. largarita, subió a visitarla.
La esposa de Núñez se hallaba. sola
con su doncella, y recibió a Antonio ten-.
diéndole la mano. y dirigiéndole una son-
a melancólica.
Sentóse el joven en la silla inmediata.
a la que ocupaba Margarita, y aunque
Mio. algún esfuerzo pue AStUAIsAS le
16 basta po. Spira
: enla
, los: genios"
Hetas abras eran un poema de gra-
- me es muy viejo, y una viuda a los vein.
_tiocho años puede muy rien casarse cón
Clotilde.
reinas de la moda que han estudiado el
arte de hacerse amar, hallábase delante
de Margarita tímido y encogido.
Isla, que conocía estas ventajas, pro-
curó .reanimarle con sus encantadoras
sonrisas.
«No amaba a Antonio; peró Antonio era
inmensamente rico, joven, bien pareci-
do, y el cálculo aconsejaba la coquete-
ría.
—¿Quién sabe?—se había: dicho—. Jai-
í
Antonio Gutiérrez.
Verdaderamente — repuso Mabartia
cambiando de entonación—soy una dis-
_ Traída, pues no he preguntádo a usted
-— por su linda: idea y. 8u * bondadosa
madre. '
—Siguen bien, deflora.:
-—Vienen poco al teatro. 03
—Lo mismo repito yo todas las noches «
ha Leoncia; pero no puedo convencerla,
y prefiere e pasar la Fea con su amiga
—¿La hija de Alamen?
SE
—Dicen que : se ha. mudado a un. cúarto a
muy modesto.
—Clotilde está completamente trana- :
ien es verdad que la dosgra-
16N' ha O ha do