146
BIBLIOTECA DE> Eb IMPARCIAL
pu<o sobre la mesa; después de haber tirada al
suelo su contenido. en : ,
—¿Y qué más?
—Vas á volver al laboratorió, donde cierta-
mente está la Chivotte todavía, y donde seiocu-
pan en detener su hemorragias
-—¡Bueno! ] ) :
—Y dices: 4 la señorita: Antonia-le ha gusta-
do mucho la tisana y vengo por otra taza.
Marton vacilaba, 4
—¡Ais!—dijo;--temo tanto no poder contener= |.
we delante «¿e esa canalla.
—Sin embargo, es preeiso—contestó Vanda, |
—Tanto. más preciso—observó sonriendo An-
tonia—cuanto que me dura-la sed, mi buena
Marton.
Este ruego era una orden.
Marton cogió: la taza y salió de la habita-
ción diciendo: ,
—Estoy de vuelta: dentro de:cineco.minutos, y
lo que es ahcra, podreis' beber con: confianza...
yo soy quien os lo dice
Así.que Marton se
nía con inelancolía. ;
—¡Pobre niña! —dijo—tenéis enemigos que no
retrocederán por nada.
—Y sin embargo, no les: he hecho
ninguno—repuso Antonia.
—Sí, pero no consienten en
tra fortuna,
faó, Vanda miró á Anto-
devolveros vues-.
—Pues bien—dijo Antonia;—que se- la guar- |
den y que me déjen. vivir dichosa y pobre, .
—No—respondió Vanda,—es. menester que os
lo devuelvan todo. El maestro lo quiere.
Vanda decía también el maestro, aludiendo $
á Rocambole,
vigilante y mientras: que Marcelina, la pobre
madre, se Habíá-adormecido con: su hijo en
brazos, Vanda se deslizó callandito'hasta;la,;
eamaá de Antonia, . 7
Y «111 refirió'4 la: sorprendida joven-la ma-
ravilioga “historia de, aquel: hombre, á quien.
unos temían, otros adoraban; de¡aquerhombre
Hamado sucesivamente José! Pipart; el marqués:
de:Chamery, el presidiario Cientoidiecisiete y
el niayor AÁvatar,:que había «llegado: 4: ser el:
amigó y el protector deMilony: le había juras |.
dowtestituir áviasidus huérfanas su mombre y su
fertuna. dad iia
. Yi Vanda «supo divinizará su heroe: y á su
dios; lo pintó con ese entusiasmo derviente que
la naturalezac inspira «al corazón. de- la ¡mujer
fuerte, que se. ve de, pronto subyugada por un
hombre más fuerte que ella. -.; asi
Y Antonia creyó. á.Vanda, y Jo.mismo
ella tuvo fe en Rocamtole,
—Pero, señora—preguntó después. de un mo-
mento de silencio y á poco de haber salido
Marton con la: taza ena mano, —¿decíais que
mañana ya no estaré aqui?
mm Val VOZ
que
Í
yo mal |
7 PE ¿e llegado, pues, el instante de mi eva”
-sión : ]
—Sí, hija ¡mía. : :
—¿Mas cómo taladraréis esas. paredes? ¿Có-
mo abriréis esas puertas? 3
—Paredes y puertas caerán cuando. yo" quie”.
ra... y Si lo desevis:.. ]
—¿Que si lo:deseo? 6 | y
—¡Ah!—dijo, Vanda;—es. que hay. que: tenel [
fe en mí. ]
—¡Oh1 señora...
—be en Rocambole,
—Sea—dijo Antonia.
—Fe en Milon.
Este nombre.era decisivo. Antonia crefa eN '
Milon:como una hija en su padre. A
. —Lo que yo voy á exigiros—añadió Vande
aún,—es Milon quien.os lo exige, e
. —Obedeceré—contestó simplemente Antonia.
—¡Pues bien; escucha! : .
-Vanda cogió á Antonia en sus brazos y 14
dió un beso en la frente,
iodo «reas en ao iúlnavo e. «1
¡00PL0IOAI AO NA RAR
Ewv el ínterin la bella. Marton había ido al lar
borutorio. ] : ]
Según había previsto Vanda, la Chivotte es* [|
taba alli todavia y acababan de contener su he*
'morragia, E 3
Cuando vió entrar á Marton, su mirada cen”
Marton la dijos :
—Te habrán: zurrado la. pavana, porque pa”
recías hace poco una carnecería, ]
Y después de este sarcasmo, alargó su taz2.
¿4 la: presa. queiandaba atizando.el: fuego de la
Sos A +) caldera, donde-hervís á: borbetones. la tisana-
La síoche'anterior, mientras. que: dormía: la.|.
Dame otra taza—la. dijo, —que la, señorita.
quiere beber más... : 38 y
—¿Lie ha gustado?-—preguntó la Chivotte sl f
'podér dominar sualegrías.. ó Ml
—¡Muchísimoli-respondió Marton, lograndO
contener suaninosidad y¡su cólera. .:; o
| po + quiere más? : E
EL: el 3%
Llenóse-otravez la taza de Marton, que 10
perdía de vista á la Chivotte, la cual no.se ace!” f
có:4 Marton ni 4:la: calderas . -
Marion pusólataza en un-plato y se,marchó» ||
Cuando entró enla habitación de. Antoni” f
“estaba: allizelkmédico, observando con sorprest ¡
que la joven y Vanda: habían casirecobrado $
coloraátural y haciendo exclamaciones él y 10%
dos internos. quele.sacompañaban...
—¡Cuando se piensa-——decía-— que mien
'buscainos: remedio. para este extraño m3
naturaleza obra:por sí sola!,,, Hasta ahora
mos seguido el método expectanta, .
—Y á la tisana debemos el triunfo—dijo ret.
do uno delos. internos, —porque yo creo que ** $
tras.
¡pla
se ha dado otra cosa á estas dos mujeres. Mor
Ha, ¡pues aquí hay más tisana saltó ]
ton, que entraba en aquel momento, 4