e ES LA BANDERA ROJA
- Pero se engañaba. de
Había acertado. La bala había herido á Florencio en
el hombro izquierdo, mas soportó el golpe con gran ente-
reza y empezó á contar los pasos hasta llegar al sitio
desde donde debía tirar.
El Marsellés palidecía de terror, conforme veía que
su adversario se le acercaba. :
Por fin, al ver que iba á llegar á los veinte pasos y
que á'semejante distancia no era fácil que errase el tiro,
cogió una de las pistolas que llevaba al cinto y disparó.
—¡Miserable! —gritaron todos al advertirlo, lanzán-
- dose bacia él. De TA
, Pero antes que ellos, Florencio hizo un esfuerzo y de
un salto se arrojó sobre él disparando su fusil |
El Marsellés cayó al suelo lanzando ung blasfemia.
La bala le había atravesado el corazón. |
Aquel estuerzo había sido superior á las fuerzas del
Joven. i | | | AU ES
-— Había ido perdiendo sangre hasta allí, y dominando
el dolor de su herida, cayó al suelo desvanecido. a
- Cuando volvió en sí, dijo 4 Montbars:
- —Toda mi parte de la presa para los piratas del Mar-
sellés y dejad en libertad á esos prisioneros. da
Dos días después, en uno de los barcos de los piratas,
- eran conducidos hasta un lugar de la costa cerca de la
Habana, donde los dejaron. e DÑ ERE
4
Enel próximo cuaderno:
A CARTAGENA DE INDIAS
Alia. Co, 0%. Apdo. de Cora, 6, ARCH
Imprenta «La Ibérica» callo de las Cortes, “6. 690. — BARCELONA