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MONTFAUCON
Una inmensa tribuna. El rey ha toma-
do asiento en un gran sillón dorado, bajo
un dosel. Al pie de la itha eti nas
los guardias, y bajo los rayos del sol.este
conjunto constituye un espectáculo gran-
dioso, de una riqueza de colorido y de
majestad que electriza al pueblo, eterno
espectador de estas. ceremonias fastuo-
sas..... Que el pueblo paga.
Las princesas permanecen en su carro-
za, algo delante de la tribuna.
La colina resplandece de oro, de acero,
de bordados, de joyas..... y sobre toda esta
-magnificencia proyecta el patíbulo su
sombra fatídica.....
¡El patíbulo! Coloso de mampostería
que sorporta diez pilares gigantescos, los
. de 0%
cuales sustentan, a su vez, tres series de
enormes vigas, de las que penden ca-
denas.
Aquella construcción formaba un fan-
tástico andamiaje, en el cual podían ba-
lancearse al mismo tiempo en el espacio
más de cien condenados. Causaba el efee-
to de un espantoso sueño, y Engusrrrando
_de Marigny sonreía ante aquel sueño
formado de sillares y hierro, Sonreía con-
tando los hilos de aquella gigantesca tela
de araña.
Y Carlos de Valois seguía con una mi-
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rada de envidia las evoluciones del pri-
mer ministro, inclinado ante el rey Carlos
de Valois, y se ahogaba de rabia ante
aquel nuevo triunfo de su rival.
—He aquí señor—decía Enguerrando
Marigny—, lo que he hecho por la gloria
y la seguridad de vuestro ilustre padre.
No quiero que le cueste un solo escudo
al Estado. Todo esto —añadió—se pagará
con mi modesta fortuna. Lo que quería
ofrecer al padre se lo doy al hijo, consi-
derándome harto dichoso si el rey queda
satisfecho de mi celo.
—¡Dios poderoso! —exclamó Luis X—,
sois un buen servidor y ese pagábulo es
verdaderamente magnífico.
Un murmullo de dais “ación saludó en-
tonces a Marigny, que con una mirada
anonadó a Valois.
Este rechinó los dientes y se enjugó el
sudor que el. odio hacía brotar de su
frente. í
En aquel momento, un hombre que ha
bía conseguido encar amarse a la tribuna
se acereó al Conde de Valois y le tocó en
el brazo. Luego entreabrió su capa, y
bajo esta capa le mostró un objeto....5 un
cofrecillo que abrió a medias..... Después
murmuró a su ofdo algunas palabras.....
Y entonces Valois, cogiendo el cofreci-
nd