Full text: La Torre de Nesle

A 
  
LA 1ORRE DE:NESLE 
alto, más fuerte que él, Gualter formaba 
chugado, vestido siempre..de. cualquier 
manera, era aficionadísimo a las mujeres 
y asiduo concurrente a tabernas de mala 
con Felipe un contraste notable. Despe- ' 
fama. De ademanes bruscos, parlanchín 
«y un tanto fanfarrón;. de fisonomía: ale- 
-.gre, de mejillas sonrosadas,, de bigote 
Y 
q, 
Tetorcido, dispuesto siempre a armar ca- 
morra, veíasele.pasar por las calles zaran- 
deando los brazos, con un enorme espa- 
dón al cinto, empujando a los transeuntes 
queno se apartaban bastante pronto, di- 
rigiendo a las muchachas lindas galante- 
rías, que las hacían ruborizarse y .esca- 
par, y acabando luego por entrarse en 
cualquier taberna, en la. que armaba.un 
escándalo por.media pinta de hipocrás (1), 
jurando, maldiciendo y. hablando sola- 
; - 
-mente de orejas rebanadas, de cráneos 
hendidos y de pechos más agujereados 
que un colador; pero hasta el momento 
en que trabamos conocimiento con el te- 
rrible Gualter, no había cortado más ore- 
jas que las de las cabezas de cerdo que 
¡ba a comer a la posada de la Flor de 
Lis, en Gréye, y por las que deliraba. 
Puesto que ya conocemos a los tres 
amigos, o poco menos, podemos aventu- 
rarnos en el seno de esta digna sociedad, 
destinada a representar un papel actiyo 
en este relato. / 
del-pueblo de París hemos dicho algunas ' 
verdades a ese verdugo,.a ese hombre 
sanguinario;,.a ese. ladrón, a;ese asesino 
de los pobres, a ese monedero falso, a 
€S€....., pero la lista.de sus crímenes sería 
demasiado larga, Como digo, nos pro- 
yocado.a Marigny, y.ello.nos permite pa- 
sar plaza de atrevidos, lo cual nó me des- 
agrada, pero.. 
724095 Arrepentís des vuestro hermoso 
rasgo de valor de esta mañana? —:pre* 
guntó con dulzura Felipe d'Aulnay. 
—j0h,querido, no sabéis con quién ha- 
_bláis! No, me, arrepiento. Si fuera preci- 
: —¡Mil demonios! —gritaba Gualter, con 
uná carcajada que congestionaba su, ros- 
tro—, nada más que por ver otra vez la 
cara que ponía Marigny, me expondría 
a trabar conocimiento con la horca o el 
hacha. 
—¿Por qué dejarte cocer en una cal- 
dera en la plaza del mercado de. cer- 
dos?— dijo Buridán, que parecía de mal 
humor—. Resulta muy bonito lo que he- 
mos hecho, amigos: delante de la corte y 
  
(1) Bebida compuesta de vino, azúcar y 
canela, Ls 
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A 
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so. empezar. otra vez, iría de: nuevo con 
vosotros. ¡Pero ello no impide pensar que 
verdaderamente sería una. lástima. que 
tres,muchachos como nosotros, guapos y 
apuestos, que no desean más que vivir, . 
perdiesen su cabeza en el cadalso! : 
—¡Bah! —replicó Gualter.—-No se atre- - 
verá. Marigny. Todo París se sublevaría 
para defendernos. Buridán, no subiremos 
al patíbulo y nuestras cabezas, permane- 
«Cerán sobre nuestros hombros. ' 
pe menos que no nos-ahorquen, o que 
nos descuarticen, o que nos desuellen vi- 
vos, -0 nOs quemen en Gréve, o. nos con- 
denen al tormento hasta que sobrevenga 
la muerte-y todas: estas maneras de en- 
tregar el alma, no son nada, comparadas 
con los mil medios de que además dispo- 
ne Marigny. 
—¿Adónde, queréis ir a parar, Buri- 
dán?—dijo Felipe. 
—A esto:. Marigny nos ha condenado 
seguramente, como nosotros lo hemos con- 
denado a él, y ahora de lo que se trata es 
de defendernos..... Hemos atacado, la res- 
puesta será terrible; hemos atacado. a 
cara descubierta, a la luz del días duran- 
te la noche, traidoramente es como reci- 
biremos esa respuesta....., estamos empe- 
ñados en una guerra en Mn que no babrá 
cuartel. 
¡Ab! Buridán, ¡qué importa lo que ( 
 
	        
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