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LA TORRE DE NESLE
—Queridos amigos—suplicó Buridán—,
dejadme dormir. Tomad; aquí tenéis. un
escudo para cada uno. ¡Pefo, por San Lo-
renzo, que durmió sobre unas parrillas,
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dejadme dormir aquí!
—Buridán—dijo el rey de laBasoe! re,
¿de modo que no tienes sed?
—¿Yo? Lo que tengo es todo el fuego
del Infierno en el gaznate.
—Buridán —interrogó el emperador de
Galilea, ¿de modo que no tienes ham-
bre?
—¿Yo? Estoy rabiando, y ahora mis-
mo, Riquet, voy a darte un mordisco.
—De donde infiero.....—comenzó Gui-
lermo.
—¡De donde” infiero que tengo tanta
hambre como sed! — interrumpió Bu-
ridán.
—En ese caso — saltó Riquet Han-
dryot—, puesto que tienes hambre vente
a la calle de los Patos (1), al Coupe-Gueu-
le; allí se comen patos mechados con to-
cino, rellenos de castañas y muy dora-
ditos.
—¡No! — gritó Guillermo Borrasca —;
puesto que tiene sed, debe venirse al
Franc Cornet (2), en donde hay unos vi-
nos blancos que chispean y cantan las
glorias del divino Baco
— Escuchad, queridos amigos, escu-
chad —,exclamó Buridán —. Dime, Riquet,
¿a qué distancia estamos del Coupe-Gueu-
le, en donde se come tan bien?
—j¡A trescientas toesas, yendo por
aquí! » ;
—Guillermo, dime, ¿a qué distancia es-
.....
(DD) La llamaban la calle «en que se asan
los patos» o rue aux Oiés, y después, por co-
rrupción, rue aux Ours(calle de los Osos). De
este modo, la eufonía puede transformar en
un nombre que inspire terror, el de una calle
en la que se celebran grandes comilonas.
(2 Tanto este nombre como el anterior,
Coupe-Gueule, son muy característicos y sin
traducción posi bie
a
tamos de esa taberna en la que se bebe
tan buen vino?
—¡A trescientas toesas, yendo por allá!
—¡Benel..... De donde infiero que tene-
mos a la misma distancia la comida y la
bebida. :
-—Es verdad—exclamaron las dos ima-
jestades.
—¡Benel.....—repitió Buridán— Y aho-
ra, suponed que soy un asno.....
-—¡Un asno!..... ¡Tú!..., —exclamaron,
estupefactos, Guillermo y Riquet.
—Sí. ¡Un asno de largas orejas, de pa-
tas finísimas, de cola pelada, en fin, un
asno! Hay hombres que son leones, otros
que son tigres, otros lobos.....; a mi se me
antoja ser un asno. Y ahora, compañeros,
suponed que este asno tiene, tanta ham-
bre como sed. Suponed que se halla a la
misma distancia de un pesebre lleno de
avena y de un balde de agua..... ÍTesca.....
¿Qué harás, Guillermo?
—¡Diantre! Correría hacia el balde, 80-
bre todo, si se PecmpioRn el agua por
vino..
bed tú, qué dices, Riquet?
—¡Diantre! Correría hacia el pesebre,
sobre todo si se reemplaza la avena por
algún AV4S:4%
—¡0s A compadr es!—dijo Bu-
ridán—. ¡Porque como el asno tiene tanta
sed como hambre y tanta hambre como
sed, tan solicitado por el pesebre lleno de
avena como por el balde rebosante de
agua, no podrá comer ni beber! ; Porque
si se dirige hacia el agua, el hambre le
obligará a correr hacia: la avena, y si
quiere correr hacia la avena, la sed le
obligará a ir en busca del agua. De modo
que se verá reducido a morirse de ham-
bre y de sed, sin moverse de su sitio. He
dicho. E
—¡Está borracho! — murmuraron sus
majestades—. ¡Está borracho perdido!
—Digo —continuó Buridán—, que soli-
citado igúalmente por las aves del Coupe-