EL CAMINO DEL BIEN + : y 13
|
cartas secretas que usted escribía á sus acehtos, para la :
organización de comercios que quebraban oportunamente,
| dejando sin pagar á usted y á mi padre; mejor dicho, á mi
| - padre solamente, porque usted cobraba de ellos en secreto.
Todos estos papeles y muchos más, firmados por usa, i
irán á los tribunales... Ahora, hasta la eternidad, señor y
Vega... ¡César Mariolena, sabrá vengar á su padre!
- Vega habíase puesto en pie, desencajado, lívido, tem -
bloroso.
¿a n momento! —dijo con ronca voz. |
—Uno nada más; diga usted ica con sequedad
el joven. ¡ i
-—Si yo devuelvo á Magialena su fortuna, ¿me entre-
gará usted todas esas pruebas que tiene. contra mi?
—Devolvérselas, no.
—;¡Ah! Entonces...
—Pero le juro no hacer uso de ellas.
-—¡Yo necesito destruirlas!
—Y á mí me precisa conservarlas, para evitar nuevas
asechanzas de usted.
-——En ese caso... ¡en ese caso hemos concluido!
César se dirigió á la puerta.
De pronto, se detuvo. h
-—Un momento... Ahora soy yo quien lo pide, —dijo.
—Uno, y ¡ay de usted si traspone esa puerta sin que
A , )
vengamos á un acuerdo!
—Magdalena no cobraría su fortuna si ehód Judea %
presidio, porque no hay modo de probar que usted se la
robó. Sacrifico mis bienes por los suyos y le entrego á