¡SACRIFICIO!
X
Pasaron cuatro años. ,
Varias veces pensé dar comienzo á un libro basado en
el relato de Sor Gloria; pero siempre me detuvo el si-
guiente razonamiento:
—La historia de aquella infeliz quedaría truncada?..
¿Qué habrá sido de Sor Gloria? Desde que yo la ví, hasta .
hoy, tal vez hayan ocurrido sucesos que constituyan el fin
de su triste historia. ¿Habrá visto realizadas sus esperan—
zas? ¿Se habrá apiadado Dios de ella? ¿Encontraría al fin
aquellos seres queridos que el infortunio le arrebatara?
Y así pensando, nunca me decidí á empezar mi obra. -
Vaivenes de mi vida azarosa, lleváronme á París.
Una noche, al cruzar el espléndido foyer del Teatro de
la Ópera, ví bajar por una de las amplias escalinatas una
hermosa señora, acompañada de un venerable anciano. y
una preciosa niña, que contaría nueve años de edad.
Más que la riqueza y el buen gusto del traje que ves-
tía la dama, llamóme la atención su belleza.
La miré fijamente y no fuí dueño de contener un
grito de asombro, |
—¡Sor Gloria! —exclamé.
Ella era, en efecto... Mi bendita suerte, había hecho
que la encontrase cuando menos lo esperaba.
Ella me vió también, reconocióme al momento y acer-