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jar atrás los más encopetados de la alta créme 
del tout Paris. Nada podia comparárseles. Re- 
cuerdo aún la verdadera admiracion que 
aquello causaba; y lo que yo creia entónces 
que era un lujo excepcional en cualquier 
parte, he encontrado ahora que es la regla 
general en San ¡Petersburgo (1). 
(1) Verdad es que en Rusia todos se preocupan del 
refinamiento de las distintas razas caballares. El Estado 
gasta anualmente de 930 á 950 millares de rublos en las 
7 haras del gobierno, y en todo el imperio, segun la úl- 
tima estadística, se cuentan 3430 haras pertenecientes á 
particulares, sin contar entre estas ni aquellas las que es- 
tán exclusivamente destinadas para la mejora y remonta 
de las caballadas del ejército: esta última categoría tiene 
su presupuesto especial, pues 717.747 soldados del ejér- 
cito en tiempo de paz, requieren 11 1.982 caballos, mien- 
tras que en tiempo de guerra el ejército llega á 2.121.864 
. hombres y necesita 368.206 caballos, sin contar con el 
servicio de las milicias. Esos esfuerzos explican cómo en 
todo el imperio hay 16.905.000 de caballos, es decir, 
3/4 por kilómetro cuadrado y 235, por cada 1000 al- 
mas: esta última proporcion no es sobrepasada por nin- 
gun país de Europa, y enel mundo entero solo lo es por 
los Estados Unidos, que tienen 239,8 caballos por 1000 
    
  
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