d a a diez pasos del ministro se
4 etuvieron, y uno de ellos tocó por tres ves
ces la trompeta.
CO 4 .
900 o. em... nes...» ss. e .onas o. m
“Los otros doy: iban tan ato dado
fimascarados, que hubiese sido imposible
y conocerlos. El tercero, el que acababa de
ear la tro: ¡Mmpa, se adelantó un poco, con
' Fostro descubierto. hra Buridán.
“1 preboste hizo un ademán.
Guardias yy arquevog del prebostiazgo
¿28 a precipitarse sobre el joven para
apoderarse de él.
tro Marigny levantó la mano; el pre-
bosta retrocedió, grunendo como el perro
al que le quitan un hueso, y los soldados
Se detuvieron.
Veamos antes—dijo Marigny, con dig-
—Bidad d-—qué excusas me presenta. Si son
“Ceptables, tal vez me contente con man-
darle ahorcar.
¿ la Oir estas palabras, Buridán frunció
9 Cejas y se mordió los labios. Pero, con-
iéndose, dijo:
> -—Señor. de Marigny, vengo, en efecto,
% Presentaros mis excusas.
4 Yóse un murmullo de descontento en-
"Ye las filas de los súbditos de la Basoche,
tan lós estudiantes y de los ¡galileos, en
«nto que Marigny se encogía de hombros,
con aire compasivo,
e —i¡Ah! ¡Ah! ¡Vaya con el valéntón L—=
clamo Valola acercándose.
d 0 'eamos dijo Marigny-—,pedid per.
| pd Y 08 doy palabra de que se os
e solamente, sin daros antes tor-
fnento
«—Monseñor—dijo Buridán, que se in-
¿sino hasta tocar el cuello, de su caballo—,
Jandó salí de París, hace un instante,
De que estabais en el Pré-aux Cleres,'
Por un momento pensé en que aceptabais
Mu desafío: os pido perdón por ello.
¿A qué tantos miramientos para pren»
este rufián?—exclamó el preboste.
donsoñor—continuó Buridán—,cuan-
desembocar en el Pré-aux-Clercs 08
ví, me A MN es mónOs: di
de lo que yO creia... Os suplico que ma
perdane éis. E ye a
Entre los estudiantes estallaron trené- se E
ticos aplausos.
—¡ Bravo, Buridán!
—¡ Defiende tu tesis “pro et contra!”
Marigny permaneció impasible... Pero |
sus Ojos lanzaron un relámpago, y, con |
una seña, mandó al preboste que estuvie-
se preparado, su ea
Buridán añadió en voz alta:
—Vengo en nombre de mis
lipe y Gualter d'Aulnay,
asesinados...
—¡ Asesinados !—exclamó Marigny,. en
tanto que en las filas de los estudiantes
estallaba una tempestad de imprecaciones,
—Han sido encontrados en el Sena... ,
—¡ Yo lo atestiguo!-—dijo una voz. 1
Y Lancelot Bigorne, saliendo de entrá
las filas de los de Ja Basoche, ye adelantá
diciendo:
—Yo mismo saqué del agua a esos dol
caballeros. ¿Ems y para qué, han sido
asesinados? Sólo el Diablo puede saberlo.
El hecho es que los metieron dentro de
un saco.
—Lancelot_ Bigorne—murmuró Valois,
palideciendo y escondiéndose detrás de
los arqueros.
Pero Bigornd, haciendo Jeomo que no
amigos Fé
cobardementa 3d
le había visto hasta entonces, se volvió
hacia él, le saludó y le dijo con entonar
ción familiar: 4
—;¡ Buenos días, monseñor! ¿No es vers
dad que es interesante hablar de ahogan
dos ?
—¡ Ajevarda un minuto, cinarto le
funfuñó Valois entre dientes—, no volves
rás a nablar de los ahogados, mi de los que á
los ahogan... E
—Vengo en nombre de esos dos va Ber
tes—continuó Buridán— , y vengo también
en nombre del pueblo de París, oprimido
por vos, y, Df "último, vengo en mi pro» :
pio nombre. pregunto, señor de Marig»
ny, si estáis aquí porque aceptáis mí Teto
y 03 proponge el combate a muerte, a lam
za, daga o espada. Si tenéis a en A
AN .
A