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"018 spe M-
ue no “me
Y psa 43 ¿mútio 3, no pra
Pe 91 ho da;
dadé”
dog ina tiles,
y, en efe E
Más tard: od Esta mujer Er hal 2 AT
Maban a Margentin:
pasaba qu
años llamado Juan? T—pre=
La que de de
de Quimico
o Bigormo.
0 68. Es decir, la
¿opos había rauerto hacía
e ¡¡0Mbre he prometido «
+
yor ma
del h om-
nueva años,
decirte. Mar.
se moría. Y pronto tuvo la convie-
€ que todo sería inútil. Sentiase mo-
ee a rot tirarme, lamentando ] haber per
tanto tiempo, cuando aquella mu-
a nas de la mano y me diia 9 que
PRES A un gran favor, en nom-
de Di los, de la Virgen y de lós Santos.
mujer
soy hen cristiano, no pude Yesis-_
Ana petición hecha, en tales tér-
SY mayor motivo cuando que
e Jne insinuó que me daría un pe-
250ro que 1E
do qué no solamente Me al sino
lr la palabra tesoró me apresuré
co in la puerta, para que ningún
9 Pudicse venir a pe dirme ha-
pues, pobre moribunda. lel Favor
E y
EN has tenido muy buen cora-
ha delicadeza— dijo Bigorne.
io de: soy así
lar, Yo. no' hubiese tenid lo valor pa-
o Se pe niño al río. No. digo. esto
elo en cara. En fin: 1 erásg en
pa Stia el favbr que 8 Aleltaba
Ma. Se trataba de ir a París, ala
da dad (me dijo el nombre «
sl de la casa), de buscar
Y de comunicas "le
orque Juan, ena
de la vida de P
se había marchado, ce
trar como estudiante en Uno
ames colegios que rodean la es-
estro Sorbón. Por el trabajo
de Aoparas, Margentina me
as
>: Mar-
p08
edé,
Jove A
a Y.
PA
e >
e
cie
Car -0MPpen: o Y
, y no lo puedo
sebión en. oro, ds pu cadena, de ata, S
de la cual pendí un medallón que contenía
clo de mujer, Cogí todo aquello, y Juré,
po ¡e mM 18: Uv 250, entreg
7 1do a
ua O 3
crispó Pe manok: y sus labios
ide cieran. Ss
Bj igorne era o había sido un truhán:; pes
el | cinismo cauteloso de Malingre le sus
'eamos— dijo con áspera yvoz=<; vea.
as inarticu ularidades que debías cos.
] ese jo dl
Jelas ¡lL—continuó Simón Malin-
ere. Juan sabía que no era hijo de Mar-
sentina. Pero no sabía más. Había 'adop-
tado el -apellido' del marido de Margen=
tina, aunque no lenoraba que aquel apelli-
do ho era suyo. Ahora bien: Margentina
confiaba que revelando al joven todas esas
particularidades, le procurar ría. honores y
riquezas, haciéndole encontrar 2 SUS Pas
dres, de quienes sabían que eran nobles
y ricos; Pi poo ¿por qué no había contado
ella misina a Suan lo que me encargaba a
ruí contarle? Y? Visto es lo que tú te pregun-
tarás, sin duda, ye esto es lo que yo le
Es unté a ella. Me respondió que su con-
ducta en aquella cuestión mo dejaba de
merecer algunos reproches, y que le 23US=
taba la idea de escuchar reprocheg de las
bios de Juan, con el cual había acabado
por encariñarse. Paciencia Bigorne, voy a
comunicarte esas particularidades, y vas
a. ver que precisamente son muy intere»
santes para ti...
¿Parg mi?...
con eso?
—Ya verás, Y si no tuvieras nada. que
ver, ¿para qué te había yo de contar one
historia ?
—Es verdad, Continúa.
—Pues bien: mor lo qué mie contó ¿y ME
gentina, parece que ella sabía los nombres
de le: padres del joven. 0 más bien, .:
¿Qué tengo yo que ver
4 b
y Í :
ar fielmente a Juan
¡de oro Y, la anemia de
i