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. — La. reina liar td Buridán, ae
meciéndose.
Lancelot Bigorne hizo un: movimiento .
afirmativo con la: cabeza, y en voz baja
Continuó:
¿Cómo pudo suceder tal cosa? ¿Cómo
da hija de) duque: de Borgoña, que tenía
“fama de ser aúnomás juiciosa que bélla,
consintió en amar al conde dea Valoik ?
» ¡Nadie lo. sabrá nunca l ¡Pero yo os juro
Porami salvación ques cierto! :
2 Te creo—dijo, Buridán, con burlona
" SGnrisa—. Pero, ¿quérelación puede ha-
sder entre la a es de Margarita con el
«conde de Val Dis, y cla. cuerda: completa-
de mente nueva que «estuvieron a punto “de
- echarte ul cuello? ;
2 0-—¡ Paciencia señor! Ya veréis cuál es
la relación que existe entre [ambas cosás.
¡Ah! ¡Ya lo créo pei existe a tal rela-
ción! ¡Ojalá hiciase el cielo y San Berna-
bé que no existiese! Ya os he dicho-que *
el conde de Valois, enamorado de Marga-
Tita, labandonó.-- Ana de Dramans y a
su hijo Juan. Transcurrió un mes, durante
'el cual yo.fuí elsencargado de llevar no-
ticias falsas cada tres. o ¡cuatro días ala
«pobra Ana, que: se consuma hásta el
Punto de que yo, que no tengo el corazón
Muy tierno, jne/conmovía al: verla tan
dasesperada: Le hablé: de ello a mi anio,
Ed sea que se sintiese movido a compasión,
Sa pay temiese que la. abandonada inten-
tase algo contíña, él; el caso es que el con-
e de Valois volvió una vez a los dos'me-
Ss de haberse marchado Enguer rado de
ps Fm el momento en que el coride
e Valois aseguraba: por) milésima vez a
Y Gesventurada Ama: de Dramans que
¡Kbo; 1itos$
la y upareció Margarita... Sí, señor; Mar-
Santa nao celosa: ¡M argárita había he.
Ssegul ral conde!
Dip» lbs Ppromésa as de- Valois
aba furiosa | ¡All ¡Os -ABEQULÓ! que yo,
ej presenciaba. est escena dáésde una
bitación contigua, temblaba!..
-Ya no puedo cóncederte más due doce
Mutos-—dijo Buvidán,
1014 MÚSInO acabo! Ya: dios: con «
amente-—di) o al conde,
ridán.
casaría con ela, abrióse la puer- -
Mar gartos acababa '
59m én- á
el fin, como yo estuve a punto de dar con a
¡término de nuestra miserable a
Pues, -como digo, Margarita entró.
la. muerte
vida.
cómo. un tigre, “Esa mujer es vuestra
v «comenzó 4 balbucear y a temblar, Ana
so adelantó, y respondió: “His verdad;
soy su amante, en espera de que Hegue el
día: on que- pueda, ser su mujer. Y vos,
¿quien sos? ¿Qué queréis?”
contestó: Margarita.” Y
po, sacó dal cinturón un precioso puñas-
libo, del que no se separaba nunca, y dió
con é tan fuerte golpe a madame de Dra-
mans, que está cayó manimada. El conae
de Valoís no se había movido. Yo, en un
rincón, estaba como petrificado. No podía
apartar los ojos de aquella Margarita tan
bella, que en aquel momento tenía un as-
pecto terrible, comp el rayo que mata...
Y “entonces, cabállero, figuraos que se in- iS
sobre su rival, se levanta después |
"¡Muerta !”' Luego se vuelve ha».
¿lina
vw dice: *
Cia Valois, que estaba blanco como el már.
mol,
puisos Cel huracán, y grita.
niño!...”
¡ Después de haber matado a la madre,
quería matar al hijo! ¡Una tigre! 199
digo, que era una tigre!
— ¿Y qué hizo Valois? —
“¡ Ahora; el
resuntó Bu-
—¡ Valois!
La tigre empezó a rugir. “Ahora el niño,
conde, o corro a palacio, sublevo a la cor-
te contra vos y os hago perseguir como
ladrón de honras!” Y Valois, dando dien-:
“¡Está bien!
” Entonces, me llama, acu-
te eon diente, respondió:
¡Obedezco!..
do, y Valois: me dice, sí, señor, me dice:
“¡Coge al miño y ve a echarle “al ps ME Me
Subí, entré en la alcoba en donde dormía
Juanito, le"cogí, Je lié en mi capa, y volvi
a la estancia “en que se hallaba Margari-
ba, con la esperanza de que lle perdonases
¡Ah, sí, perdonarle?... :. Me miró e los ojos;
cuando me “acuerdo de aquella mirada, aún
vienmbia, y me dijo; “Ya has oído, ¿no es
verdad dol E
“Vengarme :
al. mismo tierge:
1
que temblaba como un sauce a im.
¡Ah! señor Buridán, es horrible.
- ¡Esto es lo mejor del caso!
"Valois palideció, |
” Sali-de la casa corriendo, aho- |
gesdo los gritos y el lan to y del pobre niña AN