Conde
ES bro la inocencia de la
a
- C0mo para estrangularle.
Ny
0
- Togó Velois, irguiéndose.
PR
ads. Nesis.
— £ontimuó la reina — quiero
JOE inmediatamente a esa muchacha.
- Los deseos de vuestra Majestad son
'Prdenes sagradas. Voy a umandar que la
¡traigan aquí... ey
¿TN o !—gritó la: reina, que con un ade-
Mán violento detuvo a Valois en el 119=
Mento en que se dirigía a la puerta, Ha-
Edd que me. lleven a su ealabozo. Quiso
Mterrogarla. Si verdaderamente es uNa 1e-
Chicera, mejor para vos... Pero si desecu-
acusada...
Crispó las manos y lavanzó hacia Valois
ad ?—inte-
T¿Qué hará vuestra Majes
—Puesz bien —contestó la reina, domi-
-Bándose-—: la sacaré de aquí y nada más.
La inminencia del peligro devolvió ¿cda
MN O A
$4 €nerzgía a Valois.
u, “Señora—<ijo con voz firimo—, el rey
Me ha nembrado gobernador del Temple
REN, PE eN
- PXDresamente pbra vigilar a la prisionera,
Si vuestra
Estoy a las órdez
Majestad desea interrogar a esa
Muchacha... Pero en e anto a dejar sa-
E de aquí a soueila de la cual respondo
Con mi cabeza, no lo haré sino por orden
del rey...
HAGQUÍ ostá esa ciden exclamó Marga.
. ia de Borgoña, que ancnadó a Valois con
Pel,
Cla
"WA sonrisa de triunfa.
41 mismo tiempo sacó del seno un pa-
que enseñó al eonde.
Atardido! Valeia. cogió maquinalmente
€l Papel y lo desdobló.
: APenas hubo leído las primeras líneas,
YO en Merearita una m irada de espan-
% Y comenzó a iclnblar convulsivamente.
Aquel DEDEÍ NO Ca UN pergamirp en
e 4Ue hubiera esérita una orden real.
2Que Pago! era una c¿arta.., ¡firmada
ei ¿Ml “tido ro ¡117
4 Dor el conde de Valois!
a”, “quella carta, dirigida a Margarita
! Pr a, cuyo nombre figuraba en di-
Id búrrafos, era una a pasionada de-
al de amor! ¡Una atrevida pintu-
de la Pasión más violenta que vueda gen-
22M hombre! ¡El mayor de los insultos
2 rey de Fraucial,
MEIERACTON
1es de vuestra Majestad ;
A me
Pero, aquella carta estaba fechada en
2% de Febrero de 1297, es decir, en la
ópoca. en que Margarita, que a la sazón
contaba unos diez y ocho años, vivía aún
en el palacio de su padre Hugo, duque de
Ber goña. is
—Carlos de. Valois—dijo Margarita con
Voz queda. y penetrante—, ¿reconoces
esta carta? ¡Hace mucho tiempo que la e.
Oribiste! ¡Tal vez la hubieras olvidado!.,
—sta no es mi letra — balbuceó el
conde. id
—En efecto: no es más que la eopia....
¡la verdadera carta, la tuya, Valois, está:
en el Louvre! ¡Esta noche llegará a mar
199, del rey!
El conde lanzó el suspiro de agonía del
hombce a quien están matando;+.
—¡ Tiene diez y siete años: de feel
dijo Valois, rechiwando los dientes —¡1dMe
rá le. verdad. al rey! ¡Le-diré cue 0s.amé
en una, época en que tenía derecho a PQ-
diros en matrimonio! ¡Diré que rechazado
por vos, Os demosiaí siempre un respeto
todavía mayor que mi amor! y
¿Si dices eso, mentirás, Valois, thor».
que no te rechacé! (08
—¡ Pues bien, mentirá l—rugió Valois
¡Mentira por mentira, vida por vida; MU€F=
te por muerte! Vos me atacáis, yo me de.
Sendo, ¡La fecha de esa canta demostrará
la veracidad de mís palabras !..,
En los labios de Margarita se dibujó
una sonrisa extraña, y al ver aquella son-
risa el conde creyó volverse loco de tes
rror. :
-—¿Conoces a Mabel I—pregurtó la reja
na—, No, no la conoces. ¡No sabes hasta
dónde llega la ciencia de esa mujer que me
es adicta, que me pertenece, que hace cuan.
to quiero y que sólo vive para mí!
—¿ Mabel ?—tartamudeó Valais,
—¡5S mí fiel azafata, que vela por mi
cuando duermo, que piensa por mí, que.
estudia por mí!... Pues bien; escucha, Vin
lois. ¡Gracias a su ciencia, Mabel ha ha»
lado el medio de devolver toda su frescura
u la tinta ya amarillenta de esa carta, has,
tú tal punto que parece que ha sido escrin
19,9J RE lso
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