_Buricián
Con un ac cto tranquilo, oe resulta-
fúnebre, dijo:
—Stragildo no llegará a PLENA alvlou-
—¿ Qué quieres decir?—murmuró la
Téina, es stren meci ¡iéndose.
ir, que hac
: de enco
diviné qu
m4, jor dicho, qué tatali-
a,yarrastrado.a la eN
en que ge decide la suer-
7 Ñ 0S e3-
a ¿a Vuestra. Quiero r, que
eran
tanto; 3
Mide lig 205
43 El
Saro
Sel ES
e 12 Porta leza
7 neaminaba
L,
PO lento en
¡qien de es-
Sus pda ex se elayaron
re, cuyas 5% ntá IS gHueta , Que
al. fondo ro del cie.
Sena,
2 que 3]
bodas
impuso
VAni
¿pe a 'An inay
na Ce
AMO O
esas
'yna LES ano 2 Margarit:
di yo quiero, seréis sien
'ancia, la esposa de Li
hable a calle, yO puedo pres
Mi
rey la Prueba evidente de, vuestra inocen-
cia le A eñE onces Felipe d'Aulnay no. será
más due un impostor y un calumniador.
rnóle eso ?—preguntó. Mar-
amente,
e dibujó. en llos
2 cun launagvez las
2 he tete ido se tra-=
03 ? Trang cil 208, PUes, Se
e]. hiumilde ruego de
ostupef: cta, Jamás
humilde. Siempre
pirado. . un: «VE e 'D temor. En
el mómento parecióle adivinar que en
ida de aquella mujer había un secre-
ntoso y que aquel secreto iba a co-
dl. E
ces cruzó repentinamientie. por
la. sospecha. de que Mabel
Mabel,
— exelamó—, y sea lo que
idas, te lo concedo de ante.
al cielo, A pesar
d, Margarita la vió teme
vUego, aa mujer murmuraba ens
voz baja, algunas e 'as confusas, se
es
_7IE
rolvió nuevamente hac a aquella parte de
en a Je se h alla a la Corte de los
y endiallo dl brazo, habló
una voz infini ¡tamente dulce, que Mar-
A no le conocía:
este momen nto—dijo-=ya. se han
sposiciones necesariaa,
ed otro, Males tro.
oncavel, Al Medio
cada uno de ellos
tenares y centenares
están los nobles ca»
de 2YMAas, Íeroz. jaque
partes al infortu-
resta caza del hom-
or.va, viene da
Enguertan: do .de : Marigny
a, y-ya sólo esperan «al :rey
Cor Le dé los. Milagros.:;
as en la. voz de Mabel. Y
íalog Margarita con infini.
32
ma
Y