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Zura Buridán—. mozo
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dio
Rad Aaa! ¡Es rouy tácjl predicar-
e! Pero entre tanto, ¿qué será de ¿mi
pobre hermano? (Si a te 1uenos ese bellaco
Lane elot diera ñales de vida...! Pero
ye
se
ña
como si se lo hubiera Ho
s franco, os diré que 2 mí
inquieta la falta absoluta de
9 201 oa ndo a Lancelot c0-
o es de creer que le !
alguno... Aguardemos
h ay que Ho
NT
LLO
el caso por exceso 99 > precio gión
acción
Abd
—dijo Bo Yrasca, que, 69 0
e la confereneia—.
ARICA, habéis oíde la seña
proxin ridad de un amigo?, .
cd seta] ontestó malhumorado Gualter.
-—Ni yo tampoco-—dijo Juan—; pera po
me extraña; metéis tal ruido vos solo,
quer: ido e talter, que ni el mismo diablo...
“enéis razón. Seré immudo como. un
No
.
¿
1
la
Intre tanto, Guillermo había. abierto la
puerta y examinado con precaución log sl.
Fádedote 's. En seguida vo olvió a entrar, y
dijo:
«Va
Za
co me parecía a mí! Son amigos...
los cuernog del diablo!, juraría que
lot en POrSona el que log guía.
lot!—exelamaron-a la vez Gual.
E uridán y Riqu et lanzándose a la
y, ¡por
A Uy
DBigorne, a la. ca-
mozos fornidos, y
avado, pero todes, en
tes y decididos a todo, llega-
úí, volviéndose a su
a]
e
;
tán a su compañía,
«
lso
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como
27 dl q de e, y
UBA, Y
un
can
cap
aguardarme debida os he dicho,
idado con ones tonterías!...
A HotYa: saludaron y dieron media
con precisión y mprcialidad que
a pd anles log so oldados del rey,
nto—dijo Lancelot, como si
de algo importante—. Que dos
e
mMmomñ
hoy se acordase