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pas SAS ld luóe prordid
..1e!....¡No le dejéis huir!
«0 Y aquel ser repulsivo, que temblaba de
NENA alegría, era Simón Malingre.
, Entretanto, viendo que la sala se llena-
a de gente armada, Lancelot Bigorne
¿descnyainó.su espada, y haciendo unn seña
- 12,SUs hombres, se precipitó hacia adelan-
e diciendo a a Buridán:.
——| Mijamos! Fracasó nuestro plan!
¿Xa delante de ellos, una docena no ar-
ed log cerraban el paso, Se arro aron
Sobre ellos. Em aquel instante aparecí: 2N
“Riquet Handryot y sus hombres, y ps
atacaban por la espalda.
Hubo gritos, lamertos, rugidos; pera
Buridán y log suyos pasaron como un tor-
_bellino, derribando cuanto se oponía a su
“paso, en tanto que la trompa seguía so-
nando, apremiándoles, y que tras ellos
_ arreciaban los gritos, los aullidos..
En unog cuantos saltos llegavon a la
sala QUe Riquet Handryot acababa de
“abandonar momentáneamente y con tan-
ita oportunidad.
20 En un abrir y cerrar de Ojos sarria
ron el cerrojo, abrieron la puerta y salie-
“ron, emprend! ndo Ung carrera desentre-
ada hasta llegar a] patio interior.
El+puente levadizo estaba echado, y un
Mgrupo de arqueros penetraba en aquel
¿mismo momento en el interior de la pri-
Sión.
Buridán y sus hombres se arrojaron so-
bre ellos, repartiendo cintarazos, sembran-
40 el. desorden entre -los soldados, sor-
_prendidos por este repentino ataque,
pa Awudados por Guillermo Borrasca y sus
hombres, faanquearon el puente levadizo,
y 3e disponían 2 echar a correr en línea
re-ta, cuando Gillermo les gritó:
mi ¡Por aquí!... ¡A la derccha!... : :
(Un hombre salió a su encuentro, levan-
“do des caballos de la brida, y diciendo:
—¡Pronto!, ahí están todos los caba-
_Mos... Yo estaba al cuidado ya ellos.
“Un instante después huían galope, en
tanto que un piquete de ge 0 PA caballo
y en su persecución.
¡Afortunadamente iban bien montados
Y
y ifaben ná delabra de mod
muy pronto estuvieron lejos del al
de sus perseguidores...
Dog hores después los compañeros
Puridán se hallaban en la Confo de los A
lzgros... Entonces se c0 mbtaron y Bu
lanzó un grito terrible, y
No sclumente 10 habian sal vado 2
lipée, sino que faltaba. Gualter.
Los dos hermano
Temple...
3 habían quedado en
XXIX
Enguerrando de Maxigny.
Volvampg añora a los acontecimient
que tuvieron lugar durante lag prime!
sas de esta noche terrible.
s decir, retrocedarnos al momento €
Ab Puecrindo de Marisny, después 0%:
su encuentro con Wilhelm Roller continu%;
su camino.
El primer ministro había salido 4
'Louvre y se dirigía a la calle de San Mal
tín, donde estaba situado su palacio. Cua
do acababa de ponerse en camino, segu
de su escolta, y en el momento en que 00
blaba la esquina de la calle de log Herr
ros, apareció al otro extremo de la cal
un grupo más numeroso, que eo se
guía la pista al primero.
Y al frente de este segundo gr e ib
el gran preboste Juan de VPrécy.
Detrás de todos cabalgaba un hombri
cuidadosamente envuelto en una capa
con el rostro medio oculto bajo los -pli
gues de su capucha. Una racha de vientl
que se coló violentamente por la calle 10%
desembozó por un momento, dejando Y
a los transeúntes trasnochadores'un pel
cubierto de una tupida y pesada cota
malla.
Estos mismos trans seuntes, si hubies
podido apartar los pliegues de la capuch
hubieran retrocedido, sin du: da, horror
dog ul reconsóeer el Ss grabado duro y,