Folletín de EL LIBERAL
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EDoyó su enorme cabeza en sus dos patas .: pe” a salir de la jaula... ¡Gracias ?”
delanteras. eE | . me he contenido a tiempo!...
«Margarita se volvió hacia Stragildo Y . Fn aquel momento, desde una y
Ena NA | ep - Cayó un - bulto... o más bien sal
Es Abre la .puerta de la jaula de “Cí- -perF3ona... un hombre, que se 1072 10 N |
clope”. >. pidamente, corrió a la puerta de Y ¿e
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_ Stragildo retrocedió dos pasos, dejó cacr que cerraba el patio y echó 105 2
la horquilla y se-cruzó de brazos. interjores... Luego aquel hombre 1
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je dió
yo Jienes miedo? —preguntó Margarita. ' caminó directamente a la jaula
¿—¡SÍ :—respondió Stragildo, Al pasar junto a: Margarita
"Margarita recogió la horquilla y se acer- —¡ Margarita, vas a. morir! |
.C6.2- AREA A la jaula. Y siguió andando, . eel
mi Vete!—dijo, : ] La reina trató de huir, pero SÍ
Señora... ¡Vais'a haceros matar! 21 terror la. paralizaba. , ExperinA”
--—¡Vete!—repitió Margarita con ento- Si sr e las peo
nación tal, que Stragildo obedeció—. Des- ¿5% Sénsa -púbates caera 0
-8parece—continuó la reina-—, Tieneg una fuerid Pálra. dar el Ai que ha A
«hora libre. ¡Si antes de una hora vuelves varnos. Y tal vez aquel espanto: 20%
8 entrar en el patio, date por muerto! causado solamente por. el peligro; 4,4
sá en log de rl dl stilo entr en 2 20 Islato de homo e 2
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el pabellón que habitaba y que daba a la met a acababa e
calle; subió la escalera y se asomó a la ven- cohocer éra aquel cuya maldición ””
tana desde la cual solía vigilar desde lejos apartaba de su pensamiento... : cp '
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:a sus leones, bh : E ia e
Margarita apoyó la horquilla en el ce —i¡Gualter :—múrmurós loca:
rrojo;'no teníz que hacer más que empu- —Gualter d'Aulnay!... rc
-Sarle con un golpe seco para abrir la jaula. Gualter d'Atlnay se dirigió 4 y et
En aquel momento oyóse un trueno sor. de Cíclope, De un puñetazo
, do. Sea que la tormenta hubiese excitado TIPOJO y la jaula se abrió. El león 6 yr
a Cíclope, sea que le impacientase la pre- la cabeza, resopló, bostezó, rugl patio
Sencia de aquel sér (humano, el león se 20, de un salto, se plantó en el PU”
Jevantó, comenzó a recorrer su jaula con tres pasos de Margarita,
ese paso elástico y majestuoso de log ré-
yes del desierto, y su boca se entreabrió
para lanzar un rugido formidable. e Y
., : Margarita se puso lívida y retrocedió. | K
- ¡También ella tiene miedo l-—murmu- a
TÚ burlonamente Stragildo en su ventana, Los hermanos.
.,TErg verdad! Margarita tenía miedo,
. Axquella excitación nerviosa que la había A o ació!
sostenido hasta el preciso instante en que Como ya hemos visto, en el Pr
iba a realizar un acto de locura, se disipó taban reunidos Buridán, Felipe y ot HI
repentinamente. d'Aulnay, Guillermo Borrasca, PO
.¿ Tembló al verse tan cerca del terrible dryot, y, por último, Lancelot Big A)
felino. Y lentamente retrocedió, casi has- Los seis hombres, agrupados jun “yk
«ta el. centro del patio, Allí pe Hetuvo y ventana, contemplaban ávidamente
-Tespiró. reina. : ;
.+—¡Ob! ¿Pero estaba loca ?—murmu- , ¡Sola !-—murmuró sordamente
.2Ó—: un instante más y obligo a “Cíclo. d'Aulnay, con acento de terror,