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LA MÁSCARA ROJA
HÉROES DESCONOCIDOS
AT PENADO RO
PREPARANDO UNA SORPRESA
La heróica acción de la Máscara Roja, á quien se habia visto duran=
te todo el día en los lugares de más peligro, animando á los defensores,
curando á los heridos y combatiendo á su lado, había salvado la situa-
ción de la ciudad por'aquel día.
Los franceses se vieron obligados á retroceder con grandes pérdidas,
pero no abandonaron las posiciones que ocupaban.
Quinientos muertos, seis cañones y seis banderas perdió el general
Lefebvre en aquel día, y puede comprenderse perfectamente la cólera de
que estaba poseido y el feroz deseo de venganza con que retrocedería,
vencido por unas masas sin dirección, mal armadas, sin disciplina al-
guna, ni otros elementos que su valor, y sin que hubiera una cabeza que
les mandase, sin una dirección determinada, sin un caudillo, finalmente,
que les dirigiera y les guiara.
Ricardo, y con él todos los diferentes jefes de los grupos que habían
estado combatiendo durante aquel dia, comprendieron que asi no se po-
día continuar, y que era necesario darse un jefe, toda vez que Palafox, —
como ya se dijo,—no estaba en la ciudad, ni era fácil que llegara tan
pronto.
El general, se había reunido en Calatayud con el pequeño contingente
del barón de Versages y con su hermano el marqués de Lazán, [dispo-
niendo de este modo de unos seis mil hombres, pero cometió la ligereza
de aceptar el combate presentado por los franceses cerca de Epila, donde
fué derrotado perdiendo mil quinientos hombres.
Sin embargo, el marqués de Lazán consiguió entrar en Zaragoza con