LA MÁSCARA ROJA
Como habrán dicho muy bien los guerrilleros, el grueso del ejército
de Suchet, se iba acercando á Tarragona.
Como que Ricardo obraba de acuerdo con Campoverde y con la Jun-
ta de Cataluña, aquella misma mañana envió uno de sus hombres de los
en qua tenía mayor confianza con un aviso verbal, al capitán geveral,
diciéndole que se aproximaba el ejército sitiador y el camino que
llevaba.
El mismo mensaje envió con otro de sus guerrilleros á la Junta de
Cataluña.
Dadas estas órdenes, añadió cuantas instrucciones juzgó necesarias
á Mariano y á Lorenzo, escogió y dispuso que salieran para situarse en
los puntos que fué indicando, los que habían de servirle de correo, cuan
do llegase la ocasión, y hecho todo esto, puesto al frente de su partida,
fué al desfiladero del Romeral.
No era de gran extensión este, pero por la forma que afectaba se
prestaba muy bien para el proyecto de Ricardo
Abierto entre las montañas aquel cañón que escasamente tendría de
largo un cuarto de legua, formaba á la mitad una curva, y sin duda por
efecto de algún accidente geológico, en pasados tiempos, en el lugar
donde se determinaba la curva. habíanse desmoronado los muros de pie-
dra que se alzaban en el resto del desfiladero, de imodo que quedaba un
claro completamente libre.
Como que la curva era bastante pronunciada en este sitio, resultaba
que era fácil ver desde un extremo á otro del desfiladero.