14 LA MÁSCARA ROJA j
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Mauricio hundió sus uñas en sus carnes y sonriéndose de un modo
extraño, contestó por un esfuerzo de su férrea voluntad:
—Precisamente acaba de matar á uno de vuestros bravos capitanes
de dragones. : á
El general se levantó de un salto.
—¿Cómo?
A
A
É
—(Que he hallado en el monte el cadaver del capitán D. Rosendo de
A Marvielle.
, ¿Pero cómo puede haber matado ese Navarro al capitán sl él misnro
le dió la libertad, como también al coronel Richard?
—Pues nadie más que él ha side o lo he vis
—¿Y has hablado con él? '
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