Full text: Dos heroinas (31)

Retrocedamos hasta la mañana de aquel misme día, triste y luviosó» 
El general Marmont, había salido á caballo y vestido- de paisano por 
la deliciosa campiña, 
Cuando regresaba á su castillo hubo de cruzarse en su camino CoN 
una hermosa joven que llamó poderosamente su atención. 
Los ojos de la joven se fijaron también en el jefe francés, sonri 
deliciosamente para descubrir sus blancos y pequeños dientes y desapt” 
endo 
reció por la campiña como una ilusión. 
—¡0h que hermosa mujer! —murmuró Marmont verdaderamente ¡m- 
presionado. 
Instintivamente echó su caballo por el mismo camino que habia 
seguido aquélla y' aún pudo descubrirla á tiempo “ue penetraba en UN 
pequeño cortijo muy cerca de la orilla del Guadiana. 
—¡Bíen,—se dijo para sí,—yo he de sáber quien es! 
Y se dirigió prasuroso al castillo. 
Su primera disposición fué llamar 4 un capitán de artillería 4 quie 
el general vnía en gran confianza y estima. 
Se llamaba Herculano y en efecto, su complexión hacía honor 4 sU 
nombre. 
unto que 
Do facciones duras, acentuadamente moreno y de un conj 
sin ser repulsivo, no tenía nada de simpático. | 
En el momento que se presentó á su jefe, estaba pálido, sus ojo? 
revelaban que el sueño no se había mostrado complaciente aquella noche: 
Se inclinó respetuoso y balbuceó forzando una sonrisa: 
—Estoy á las órdenes de su excelencia. á 
—Gracias, capitán, ya sabéis que 0s considero un amigo y P? 
daros una prueba de esta verdad, os voy á confiar una comisión impor” 
tante para mi y que solo puede llevar á cabo la amistad.
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.