LA MÁSCARA ROJA 3
donó la choza, apenas la aurora rasgaba las heladas sombras de la
noche,
Le acompañaban dos de sus guerrilleyos.
El uno era Martin, cuya amistad con Navarro era santa 6 indisoluble.
sancionada por la serie de peligros y combates comunes.
El hambre que desune al padre y al hijo, no habían podido romper
el lazo que les unía.
Era la amistad de un odio por igual al invasor, de una venganza per-
Sonal que confundía en uno solo sus corazones.
Esta amistad reciproca entre los dos jóvenes guerrilleros había lle-
gado á ser común para sus compañeros, y un lazo indisoluble les unía á
todos,
Se habían agotado los víveres en su ya larga permanencia en la choza.
Entre los guerrilleros había algunos heridos que estaban en la con=
valescencia y era preciso cazar, como hacen los animales carnívoros
con las entrañas desgarradas por el padecimiento, la mirada sangrienta
y la respiración anhelosa,
Los tres jóvenes se internaron por aquellos desiertos bosques, rodea
dos de precipicios.
Separados á respetuosa distancia uno de otro, reconocían la maleza
acechando la presencia de alguna fiera.
De repente y á diez pasos de Navarro, se oyó un fuerte ruido, acom-
Pañado de crugidos. ;
Se presentó á su vista un gran ciervo.
Fijó en el joven sus grandes ojos negros y después, volviéndose
Ptompía las ramas que en su fuga se oponían á su marcha,
Ricardo no tuvo tiempo de disparar su trabuco y quiso acercarse al
Mimal,, el cual se paró un momento al ver que su enemigo corría
hacia él,
Escarbó el suelo con sus pies, lanzó un sordo mugido y presentando
Sus cuernos amenazador, esperó el combate.
Martín y el otro guerrillero, habían acudido presurosos á la voz de
Ricardo.
—No dispareis,—gritó este último, —dejad los trabucos y usad de
Yestros cuchillos... Tú, Lorenzo, corre detrás del animal y Esteban,
1% tome por la derecha, formemos un círculo entre los tres..
Martín que era el que más se había adelantado, ejecutó la orden de
“varro, y Esteban que así se llamaba el guerrillero que les acompa-
aba, se dirigió también hacia la derecha.
Ricardo ocupó su puesto en la izquierda, formando de este modo lcs
tres, un triángulo en torno del animal.