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; Después de una penosa marcha la guerrilla Navarro llegó á Torde-
llas, sin incidente alguno digno de mencionarse.
Sta villa, como es sabido, está edificada en una altura, desde donde
* descubre una dilatada campiña.
M ella hicieron alto, con el propósito de pasar la noche y descansar
ceo POCo, si bien Ricardo deseaba adquirir alguna noticia del movimien-
9 de] énemigo.
Mpero tuvieron que levantar bien pronto el campamento, pues la
Oche se presentó lluviosa y tempestuosa.
dr | trueno retumbaba hacia el sur, los relámpagos iluminaban la
Piña y s: reflejaban en las aguas del Duero como un espejo ardien-
% el horizonte repetía los sordos rugidos y los ecos del rayo.
A guerrilla penetró en la población por la puerta ó arco de piedra,
Mira al camino de Madrid, refugiándose la mayor parte de los sol-
05 en el ruinoso castillo y Otros en la casa ayuntamiento.
¡cardo Navarro, acompañado de su inseparable amigo Martín, en-
95 en sus mantas y llevando debajo de ellas sus enormes trabucos,
“aminaron hacia una pequeña quinta que se alzaba en la márgen
“O y de la cual se contaba una curiosa leyenda que nuestro joven
“tillero conocía.
Pues Quinta estaba deshabitada y los dos amigos penetraron en ella,
allaron abierta la puerta.
" silencio de muerte reinaba en los cuartos bajos.
OS Pájaros pasaban por entre las tablillas de las persianas y las
Maldas de flores secas, caían como cabelleras de desolación.
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