HALLAZGO DE UN ANCIANO
No se engañaba el corazón del anciano Parroño.
En los principales pueblos de la Rioja, se había organizado la muerte
Por las huestes de Napoleón; en los campos se veían armados hasta los
Más humildes labradores.
Por ambos lados se desarrollaba el espiritu de encono y de ferocidad,
“Mpero entre los franceses parecía que se había dado al olvido la palabra
Combate, para sustituirla con la de asesinato 6 martirio.
El general Clausel había dado la orden á sus soldados que lo arrasa-
"an todo, sin respeto ni consideración á nadie.
Por conducto de uno de sus espías, recibió aquella noche una carta
“Oncebida en los siguientes términos.
“En las inmediaciones de Santo Domingo de la Calzada hallareis
“ampada una columna española, al mando del famoso guerrillero Ricar-
9 Navarro, podeis muy bien sorprenderla esta noche.»
Estas lineas no llevaban firma alguna.
El general preguntó al guía.
T—¿Quién os ha facilitado esta carta?
—Un anciano que he hallado en el campo.
—¿Era español?
—Me ha dicho que era bretón.
—¡Ah, ah!... ¿Y por qué no lo habéis conducido á mi presencia?
T—Aun puedo complacer á vuestra excelencia. ha venido conmigo
ASta aqui.
—lId pues á buscarle.
Salió el guía en busca del anciano, pero fueron en vano sus gestiones.