UNA NUEVA DERROTA
Las tres de la madrugada.
El estruendo de las descargas, despertó sabresaltados á los habitantes
de Nájera.
¿Qué ocurría?
Los guerrilleros de Navarro atacaban denodddamente
á la escasa
guarnición que Clausel había dejado.
El choque fué terrible y los franceses retrocedieron sorprendidos:
Sin embargo restablecidos á la voz de sus jefes, se resistieron cob
los guerrilleros, pero Ricardo Navarro que acababa de llegar en aque
instante, se puso al frente de los suyos, desplegando como siempre tod
su valor admirable, entrando en Nájera y pasando á cuchillo á la gual”
nición. i
Pero de repente se oyeron los clarines que anunciaban la proximida
del ejército de Clausel.
Los guerrilleros unidos á los vecinos se dispusieron á defender
pesar de saber Ricardo el importante número de los franceses.
Algunos hombres del pueblo dispararon los cañones, pero llegó
extremo el furor del general Clausel al enterarse de lo ocurrido
temió avanzar hasta penetrar en la población.
Entonces ya no fué combate, sino carnicería. q
En vano algunos jefes franceses quisieron oponerse al exterml
torrente de los de Navarro.
Estos sembraban la muerte y el terror entre las filas de los ¡NV
y huían despavoridos por donde mejor podían.
No se oía más que el grito de: «No hay cuartel, ¡viva Españ
se, a
y
á tal
que D
nado”
asore?
al»