Full text: La maldición de un moribundo (40)

20 LA MÁSCARA ROJA 
—Ese duque de Wellington es nuestra constante pesadilla ¿y crees ye 
que no atacará Tafalla? 
—Precisamente de eso iba á hablaros. 
—¿Qué noticias has adquirido? 
—(Que Ricardo Navarro ha recibido esa orden. 
—¿Quien es ese Navarro? 
—Un valiente guerrillero, capaz de las más arriesgadas empresas: 
3 verdaderamente temible por su temerario arrojo. 
El comandante tuvo una sonrisa de desprecio. 
—¿Y crees que se atreverá? 
—Tengo la seguridad. 
—Bueno, hallará aquí la muerte... 
—Conviene estar prevenidos, 
--Yo te juro que en esta fortaleza no pondrá su planta mientras ye 
esté en ella; y no hablemos más de ello, te he invitado á cenar porqu* 
quería recomendarte una misión muy delicada y que en nadie más 4%* 
en ti puedo tener confianza. 
—Me honrais demasiado, comandante, hablad y obedeceré. 
—Al amanecer partirás para Zaragoza, te daré un documento (' 
presentarás á la dirección que en el sobre verás escrito y te entregara! 
un pliego sellado y lacrado... ' 
que 
se 
La puerta del cuarto donde se hallaban Landais y el vizcalno, 
abrió de repente, quedando cortada por este motivo la conversación. 
) . y aba 
El comandante se levantó encolerízado, Ricardo Navarro, se halla 
inter- 
de pie en el dintel de aquella, examinando con atención á los dos 
locutores.
	        
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